MARCOS GARCÍA Madrid | viernes, 16 de septiembre de 2016 h |

La operación de compra de Bayer sobre Monsanto por 58.776 millones de euros (66.000 millones de dólares) es hasta la fecha las más grande por volumen monetario que se ha producido en 2016. Además, su culminación va a provocar la irrupción de un dominador en el sector agrícola que va a complementar la posición de privilegio, que ya gozaba Bayer en el segmento farmacéutico humano y animal. Fuentes internas de la corporación alemana han confirmado a EG que “con esta decisión Bayer equilibra sus negocios y apuesta claramente por las denominadas ciencias de la vida, centrando su posicionamiento en salud, alimentación, salud animal y agricultura”.

Tras meses de negociaciones y dos propuestas encima de la mesa, el consejo de administración de Monstanto decidió aceptar la oferta de 128 dólares por acción planteada a principios de septiembre por Bayer. El resultado es que una de las diez compañías farmacéuticas más importantes del planeta, con una división química de gran capacidad y con un negocio de salud animal de los más potentes del mundo, se va a convertir en un gigante agrícola, que controlará el mercado global de las semillas y los fertilizantes.

De esta forma Bayer complementa su apuesta estratégica al diversificar su modelo de negocio y se convierte así en el actor esencial del segmento de la agricultura. La operación es, a primer bote, un negocio redondo para los accionistas de Monsanto que recibirán una prima del 44 por ciento respecto a la cotización de cierre de los títulos bursátiles de Monsanto del 9 de mayo de 2016, día anterior a la primera propuesta. El accionariado de Monsanto recibirá esta sustancial prima, siempre y cuando no se frustre la operación, que se debe culminar a lo largo de 2017. En caso de que por razones de competencia, monopolio o imposibilidad fiscal la compra no se produjese, Bayer deberá abonar a Monsanto 2.000 millones de dólares en concepto de compensación.

Las mismas fuentes han confirmado que ambos modelos de negocio “son complementarios” y se muestran “confiados en completar la fusión. Buena prueba de ello son los 2.000 millones de compensación”. De esta forma, Bayer se va a convertir en una nueva compañía que va a dividir sus intereses entre lo estrictamente farmacéutico y el mundo agrícola. De hecho, este último negocio se va a dimensionar y revitalizar. En el primer semestre de 2016 la división de Crop Sicence (ciencia de cultivos) de Bayer facturó unos 2.500 millones de euros y grosso modo representa anualmente entre el 20 por ciento y el 25 por ciento de la facturación del grupo. Con esta operación es muy probable que la cuota de negocio agrícola se multiplique sustancialmente y compita en unos años con la división farmacéutica, también relacionada con el mundo agrícola y ganadero gracias a su división de salud animal.

¿‘Dermo’ de prescripción a la venta?

Por otro lado, fuentes de Bayer han confirmado a EG que la compañía está barajando la posibilidad de poner a la venta la división de dermatología de prescripción. Portales estadounidenses como Bloomberg o Fierce Pharma especulaban con que otras compañías como Nestle, Allergan o la española Allmiral podrían estar interesadas en adquirirla. EG se ha puesto en contacto con ambas corporaciones farmacéuticas, quienes han desmentido tal interés. Desde Bayer se aclara que periódicamente se analizan las diversas áreas de la compañía, pero que aún no hay ninguna decisión tomada al respecto.