Sandra Pulido Madrid | viernes, 08 de noviembre de 2019 h |

Mientras que las tasas de vacunación infantiles son muy altas en nuestro país, estas bajan al hablar de la población adulta. Para abordar este reto, Pfizer y la Asociación Nacional de Informadores Sanitarios (ANIS) realizaron un encuentro informativo con el objetivo de concienciar sobre la necesidad de la vacunación antigripal y antineumocócica.

Una de las ideas que se abordó en el evento fue la importancia de las vacunas como arma para prevenir numerosas enfermedades y como una de las herramientas sanitarias que más vidas salvan.

En esta línea se expresó Esther Redondo, coordinadora del Grupo de Trabajo de Actividades Preventivas y Salud Pública de Semergen. “Tenemos altas tasas de cobertura en la infancia pero cuando llegamos a la edad adulta se olvidan; hay que reforzar la concienciación en gripe y neumonía porque son las enfermedades más comunes”, afirmó la experta.

Hay enfermedades en las que la vacunación tiene un papel más importante si cabe. Es el caso de la neumonía, que es la enfermedad infecciosa prevenible mediante vacunación que causa el mayor número de muertes a nivel mundial, tal y como reflejan los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística correspondientes a 2017. Estos revelan que, durante ese año, el número de muertes relacionadas con la neumonía en nuestro país fue de un total de 10.222 (5.279 hombres y 4.943 mujeres). Otro de los datos a tener en cuenta es que cada año se producen más de 120.000 hospitalizaciones por neumonía en España, que generan un coste de 5.000 euros por paciente para el Sistema Nacional de Salud (SNS).

También cabe destacar que enfermedades como la neumonía —que ya se sitúa como la décima causa de muerte— o la gripe siguen siendo infravaloradas.

Mejora de las tasas

La Organización Mundial de la Salud recomienda que la tasa de vacunación esté por encima del 75 por ciento, mientras que en España se sitúa en el 60 por ciento. Además, los expertos destacan que, a pesar de no contar con datos oficiales, en el caso de la neumonía las cifras son mucho más bajas.

Para mejorar este aspecto, Ángel Gil, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la URJC, aboga por impulsar estrategias que permitan una captación activa de la población. “La indicación de la vacunación antineumocócica en el adulto obedece al factor relacionado con edad. A partir de los 65 años el sistema inmunológico se empieza a deteriorar; son muertes que podemos prevenir”, indicó Gil.

Asimismo, durante el evento se recordó la importancia de que los mayores de 65 años se pongan la vacuna conjugada porque presenta memoria inmunitaria, subrayando además que es suficiente con una sola dosis.

Otro de los puntos importantes al respecto es que la neumonía aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, como el infarto de miocardio o el ictus. “Si nuevos estudios están señalando que la neumonía aumenta el riesgo cardiovascular podemos reducir estas enfermedades con la vacuna antineumocócica”, planteó Rosario Menéndez, jefa de Servicio de Neumología del Hospital Universitario La Fe, de Valencia.