La Asociación Española de Bioempresas (AseBio) ha actualizado este jueves el pipeline de la biotecnología española en el cual recopila desde hace más de 16 años todas las investigaciones y los desarrollos de sus socios. Al cerrar este año, se han identificado 863 líneas de trabajo en salud, otras 107 en el área de la agroalimentación y 27 en biotecnología industrial. De todas las innovaciones en desarrollo registradas (997), 203 ya están listas para su explotación o disponibles en el mercado.
“Este pipeline tiene un papel fundamental para mostrar el trabajo de las compañías biotecnológicas, lo que están investigando y, por supuesto, para potenciar nuestro sector y darlo a conocer tanto a la sociedad como a la administración pública”, ha declarado Ion Arocena, director general de AseBio. “La colaboración está en nuestro ADN y solo así podremos avanzar hacia un modelo de crecimiento más sostenible y resiliente. Este pipeline es un escaparate, una red dinámica y una fuente de información esencial para crear sinergias y tejer vínculos entre los diferentes actores del sistema biotecnológico español”, ha añadido.
La Oncología, protagonista en la biotecnológicas
Con el 65,5% de sus socios trabajando en salud, AseBio destaca que la Oncología lleva protagonizando el trabajo de empresas biotecnológicas españolas desde el nacimiento de este pipeline con más de 42 líneas de investigación en marcha y seguido, muy de cerca, por las enfermedades del sistema nervioso central, como el alzhéimer, parkinson o esclerosis múltiple, con 41 líneas de investigación. En línea con eso, dentro de los productos y servicios de diagnóstico y de medicina personalizada, el 28% de ellos (46) van dirigidos al cáncer, el 15% (25) a enfermedades infecciosas; área de investigación que ha crecido notablemente desde la llegada de la covid-19; y el 11% (18) al diagnóstico de enfermedades del sistema nervioso central.
Aunque algunas ideas que nacen en los laboratorios consiguen comercializarse y llegar al paciente, queda camino por recorrer para que la mayoría de las innovaciones no se queden estancadas y se aceleren los procesos. El 88% de las líneas de investigación en biomedicamentos de las compañías nacionales están aún en fases iniciales. Fina Lladós, líder de la Comisión de Salud de AseBio y directora general de Amgen Iberia, lo resalta: “Si queremos que se desarrolle un sector biotecnológico fuerte y estable en nuestro país, el papel del Sistema Nacional de Salud es crítico. Pero no sólo para las empresas maduras, sino, también para las start-ups que necesitan que el país acoja con los brazos abiertos la innovación que traen”.
Sistema económico más sostenible
La emergencia climática pone de relieve, desde hace décadas, la necesidad urgente de tener soluciones para conseguir un sistema económico más sostenible. La biotecnología ya se ha puesto manos a la obra, según el pipeline de AseBio, con más de 134 desarrollos.
Si ponemos la lupa sobre la aceleración de la transformación industrial y la transición verde, una decena de entidades socias de AseBio trabajan en 27 soluciones. En el caso de los bioproductos, bioprocesos y tecnologías, 19 están listos para su explotación y 13 de ellos ya están disponibles en el mercado.
Con el mismo objetivo de cuidar de la salud del planeta, AseBio ha contabilizado un total de 107 desarrollos de 20 compañías en el área agroalimentaria y medicamentos veterinarios. Para el caso de ingredientes, aditivos y probióticos, se han contabilizado 24 disponibles en el mercado. En cuanto a los productos para la seguridad alimentaria y para la detección de sustancias, ya hay 16 accesibles. Si hablamos de los 37 bioproductos, bioprocesos y otras tecnologías que recoge el pipeline en esta área, 23 de ellos ya han llegado a la sociedad. Además, cuatro compañías desarrollan 14 tipos de medicamentos veterinarios y 12 de todos ellos están listos para ser lanzados.
“El futuro de la industria agroalimentaria se encuentra en una encrucijada que sólo se superará con ciencia y tecnología”, ha comentado Daniel Ramón Vidal, biólogo y fundador y director general de la empresa ADM Biopolis, una compañía biotecnológica nacida en el año 2003 como una spin-off del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas).
“En los próximos 15 años tendremos que desarrollar una agroalimentación más sana y sostenible. En este desafío, el aporte de la biotecnología será fundamental. Nuestro país está muy bien posicionado para hacerlo porque tenemos investigación en biotecnología de calidad, tanto en nuestros centros públicos como en nuestras empresas”, ha concluido.