Takeda ha anunciado que Alunbrig (Brigatinib) ya está disponible en España como tratamiento en primera línea para los pacientes adultos con cáncer de pulmón avanzado no microcítico (CPNM), positivo para la quinasa del linfoma anaplásico (ALK+).

Se trata de una nueva alternativa terapéutica para un tipo de cáncer que presenta una baja incidencia, pero que afecta principalmente a personas jóvenes. Tal y como ha expresado en rueda de prensa Mariano Provencio, presidente del Grupo Español de Cáncer de Pulmón (GECP) y jefe del servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Majadahonda (Madrid).

“La llegada de esta terapia es una noticia trascendental para la oncología por el valor que aporta a los pacientes con ALK+”, ha resaltado el experto, quien ha recordado que las posibilidades de supervivencia de este cáncer a los cinco años eran del 0% en 2014.

Según los datos del Registro de Tumores Torácicos (RTT) del GECP, aproximadamente del 3% al 5% de los pacientes
con cáncer de pulmón de células no pequeñas presentan esta mutación, la mayoría son mujeres que rondan los 60 años y que no han fumado nunca. Asimismo, estos pacientes acaban desarrollando metástasis cerebrales hasta en un 60% de los casos.

Dobla la mediana de supervivencia

La aprobación de brigatinib se basa en los datos del ensayo fase 3 ALTA-1L, que evalúa su eficacia y seguridad en comparación con crizotinib en pacientes con CPNM ALK+localmente avanzado o metastásico no tratados previamente con un inhibidor de ALK.

Brigatinib confirmó una mejora de la supervivencia libre de progresión (SLP), reduciendo de forma significativa el riesgo de progresión o muerte en un 51%, según la evaluación por el CRIC (Comité de Revisión Independiente Ciego) y en un 57%, según el investigador. Además, alcanzó una SLP de más del doble comparado con crizotinib, 24 meses frente a 11 meses, según la evaluación del CRIC, y de 29,4 meses frente a 9,2 meses, según la evaluación de los investigadores.

“Brigatinib ha doblado las medianas de supervivencia, llegando a los 24 meses frente a 11 en comparación con crizotinib”

Rosario García Campelo

“Brigatinib ha doblado las medianas de supervivencia, llegando a los 24 meses frente a los 11 en comparación con crizotinib. Todos los pacientes que reciben este fármaco presentan un beneficio muy interesante”, ha explicado Rosario García Campelo, jefa del Servicio de Oncología del Complejo Hospitalario Universitario A Coruña (CHUAC).

Asimismo, los resultados del ensayo demostraron su superioridad en comparación con crizotinib, observándose un beneficio sustancial en pacientes con metástasis cerebrales de inicio. En el caso de los pacientes con metástasis cerebrales al diagnóstico, la mejora significativa de la SLP con brigatinib frente a crizotinib alcanzó una reducción del riesgo de progresión o muerte del 75%, según el CRIC, y del 76% por el investigador. Mejoró significativamente la SLP-intracraneal, en pacientes con cualquier metástasis cerebral basal, con una reducción del riesgo del 69% en comparación con crizotinib.

“Es un fármaco que se tolera muy bien, con pocos efectos secundarios y garantiza una calidad de vida muy favorable”

Rosario García Campelo

“Si analizamos la cohorte de pacientes con metástasis celébrales en el momento del diagnostico, la supervenida alcanza los 24 meses frente a los cinco meses con el tratamiento estándar. Casi un 80% de los pacientes responde”, subrayado la oncóloga.

Más allá de los datos de eficacia sistémica e intracraneal, esta experta considera que el perfil de toxicidad y el beneficio en calidad de vida deben ser elementos decisorios para la elección de un tratamiento. “Es un fármaco que se tolera muy bien, con pocos efectos secundarios y que garantiza una calidad de vida muy favorable. El tiempo transcurrido al empeoramiento en la calidad de vida es partir de los 26 meses“, ha puntualizado.

Por otro lado, “mejora la escala cognitiva, mejora la escala física y mejora la escala emocional. Es un fármaco muy cómodo que se administra solo una vez al día”, ha destacado la oncóloga.

“ALK afecta a un grupo de pacientes jóvenes que, en la mayoría de los caso, debutan con metástasis cerebrales”

Rosario García Campelo

Medicina de precisión

El cáncer de pulmón es un claro ejemplo de los avances en medicina de precisión. Hoy en día se dispone de un amplio arsenal terapéutico con inhibidores de ALK (ALki) de segunda generación que han demostrado una potente actividad en primera línea en comparación con crizotinib, tanto en términos de eficacia sistémica como de eficacia cerebral, para los pacientes con CPNM avanzado portadores de la translocación de ALK.

“Estamos viviendo un momento único en oncología porque la medicina de precisión ha venido a cambiarlo todo. ALK es una mutación específica muy minoritaria, pero que afecta a un grupo de pacientes jóvenes que, en la mayoría de los casos, debutan con metástasis cerebrales“, ha continuado Campelo. Estas metástasis cerebrales tienen un impacto negativo, tanto en la supervivencia, como en la calidad de vida.

“Si no se ponen los medios para hacer una medicina de calidad, no estamos haciendo medicina de precisión. Cuanto más precisa sea, mejor”

Mariano Provecnio

Para la especialista, los parámetros clínicos que son clave en la elección tratamiento un ALKi de segunda generación son la eficacia sistémica y la eficacia intracraneal: “En pacientes portadores de metástasis cerebrales, la SLP resulta especialmente llamativa en el caso de brigatinib en el estudio ALTA-1L (HR 0.24), puesto que las curvas de SLP muestran que dicho beneficio ocurre de forma precoz y mantenido en el tiempo”, ha añadido.

En ese sentido, Provencio ha insistido en que hay que seguir avanzando en la medicina de precisión para ofrecer a los pacientes dianas moleculares que permitan mejorar su calidad de vida y su supervivencia “Si no se ponen los medios para hacer una medicina de calidad, no estamos haciendo medicina de precisión. Cuanto más precisa sea, mejor”, ha concluido.

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