Uno de los principales retos de las vacunas COVID-19 ha sido encontrar la fórmula para que estas lleguen al mayor número posible de territorios. En este contexto, las diferentes autoridades han expuesto diversas soluciones como la creación de mecanismos que hagan que las vacunas lleguen más lejos o el planteamiento de si la liberación de patentes puede ser útil para mejorar el acceso.

En el marco del XXVII Congreso Nacional de Derecho Sanitario, Farmaindustria ha impulsado la celebración de una mesa denominada ‘Patentes, investigación y acceso a las vacunas contra la COVID-19. En esta, Javier Urzay, subdirector General de Farmaindustria propuso estructurar el debate en tres bloques: el proceso de investigación de vacunas y las patentes, el acceso a la inmunización en países menos desarrollados o el caso de España y los logros en vacunación.

Patentes y acceso

Miquel Montañá Mora, partner de Clifford Chance, ha comenzado abordando el tema de las patentes, poniendo en valor su “papel fundamental para impulsar la investigación en todos los sectores de la tecnología, incluido el farmacéutico”. Del total de moléculas que se investigan en el sector farmacéutico, se estima que solo un 10 por ciento llegan al mercado mientras que el resto fracasan por problemas de eficacia, seguridad o calidad. Por ello, puntualizaba, “para que las empresas asuman este riesgo, las patentes son fundamentales”. También a este respecto ha apuntado que “hay que tener en cuenta que una parte del periodo de exclusividad se dedica al tiempo en que se realizan los ensayos clínicos”.

Respecto al debate en torno a patentes y acceso en países menos desarrollados, Montañá ha aludido al concepto de vaccines nacionalism que se ha acuñado en países como Reino Unido. “En muchos países se ha primado que las vacunas lleguen a los mismos en lugar de a otros territorios; pero el problema de acceso no se resuelve desactivando las patentes, sino siendo más solidarios”, ha aseverado. También ha hecho referencia a otros problemas como las necesidades de conservación y transporte de las vacunas que dificultan su llegada equitativa a todos los países.

A este respecto, Urzay consideraba que “sobre la propiedad industrial hay un amplio consenso en que el problema no se soluciona con la liberación de patentes; más ahora, que hay capacidad de producción suficiente para destinar todas las vacunas posibles a paóses menos desarrollados”.

Vacunación por grupos

Otro de los temas que se ha analizado es si la estrategia de vacunación por grupos ha sido la adecuada. Amós García Rojas, presidente de la Asociación Española de Vacunología (AEV) ha precisado que en el caso de las dosis adicionales “tiene sentido en personas mayores con el sistema inmune debilitado o vulnerables por otras razones”; en otros grupos, ha abogado por “adoptar criterios de justicia y equidad sanitaria, así como sanitaria y atendiendo a que las personas han de vacunarse en otros países optaría por donar vacunas a aquellos que los necesiten”.

En cuanto a los grupos de vacunación Alfonso Castresana Alonso del Prado, secretario general de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP), ha criticado las carencias en la jerarquización. “En aquella que contemplaba priorizar a las personas de riesgo, el plan era incompleto; por otra parte, el criterio de la edad consideramos que es incorrecto ya que no atiende a las personas más vulnerables”.

Aquí, Castresana ha puesto de manifiesto las especificidades de España. “No tenemos un sistema sanitario, tenemos 17, también tribunales superiores de justicia con diferencia de criterios, lo que puede generar inequidades, sumado al desconocimiento que pueda haber en esta área”, ha concluido.

Información y previsión

Por otra parte, Pilar Nicolás Jiménez, profesora de Derecho Público. Universidad del País Vasco, ha indicado que en algunos momentos ha echado de menos “que la información que se daba sobre vacunas y vacunación estuviera más dirigida al público adulto”. Ha opinado que este problema ha podido impactar en situaciones de polémica como la relativa a administrar una segunda dosis de una compañía diferente a la de la primera.

Sobre las posibles polémicas que han podido surgir a raíz de la rapidez con la que ha llegado la vacuna, Nicolás ha recordado que “las vacunas no vienen de la investigación que se ha hecho ahora, sino de toda la investigación que había detrás”. Además, ha incidido en que “se han hecho todos los procesos, pero más rápido”. Aquí se incluyen desde las fases de los ensayos clínicos hasta los informes de los comités de ética.

Este tema de la información, según García Rojas, está relacionado con otros aspectos como la adherencia. “En España, la falta de adherencia es importantísima; en vacunas, como en COVID-19, a una primera llamada se responde pero a un mantenimiento, como en la gripe, no se hace mismo caso; hay que aumentar el caso que se hace a consejos médicos”.

García Rojas ha concluido advirtiendo que “hay que espabilar porque tras esta pandemia, pueden venir otras”. Por ello, ha instado a invertir en ciencia y en talento investigador para contar con soluciones antes de que llegue el problema. “A esto hay que sumar que el sistema sanitario hay que cuidarlo o mimarlo, tanto a su infraestructura como a sus profesionales para que sigan contribuyendo a configurar el estado del bienestar”.