Julio Zarco critica la imposición de la prescripción y la falta de educación sobre los EFG
| 2010-04-30T17:19:00+02:00 h |

irene fernández

Madrid

El porcentaje de genéricos que se prescribe en España es todavía bajo, y la mayor parte de la utilización se debe al sector de atención primaria (AP). Este dato es consecuencia directa de la política de control del gasto farmacéutico de la Administración, que ha sido, según Julio Zarco, presidente de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), “perjudicial para el profesional, pues su vivencia ha sido la imposición, control y fiscalización de la prescripción, y no de educación en política farmacéutica”.

Por eso, según señala Zarco, “esta mala política en el control del gasto en detrimento de la educación ha llevado a aumentar y crear los falsos mitos de la bioequivalencia”. Es decir, la conocida polémica “genéricos de marca versus genéricos malos, inadecuada fabricación del fármaco…”.

En todas las pautas de prescripción debe imperar el interés del paciente y el ciudadano. Por ello, el presidente de Semergen resalta que “debemos garantizar por todos los medios la continuidad farmacoterapéutica de las presentaciones”. Ello, a su vez, “redundará en la cumplimentación terapéutica y en la sensación de confianza del ciudadano con su sistema sanitario”, indica.

Además, precisó que “los genéricos vienen a ocupar un lugar preferente en las políticas de desarrollo y sostenibilidad de los sistemas de salud dando flexibilidad y coherencia a la prescripción”.

Inversión en I+D+i

Pese a ello, y en el supuesto de que

la política de precios de referencia sea una herramienta útil para diversificar el mercado y ganar sostenibilidad, Zarco reitera que debe estar dentro de un marco de coherencia, con una oferta de márgenes de beneficio suficientes a las compañías “para que, desde un marco ético y razonable, se pueda seguir invirtiendo en investigación, desarrollo e innovación”.

Por otro lado, y en nombre de los médicos de primaria que forman parte de su sociedad, opina que debe imponerse una actualización del vademécum de fármacos y de genéricos en particular. Porque de esta forma, según él, existirá “una oferta razonable pero no excesiva, aunque aun así esto no debe condicionar la confianza”.

“Pensamos que debe existir una política de fármacos integradora desde el Consejo Interterritorial y la Dirección General de Farmacia para evitar las desigualdades autonómicas”, indica. Algo que exige, para él, un esfuerzo en política de educación a profesionales y a ciudadanos y una “búsqueda de uniformidad de las distintas presentaciones farmacéuticas”.