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¿Qué técnica es más eficaz como medida de detección precoz del cáncer de colon entre la población sana, el test de sangre oculta en heces (SOH) o la colonoscopia?
Esta pregunta, que hasta ahora no tenía una respuesta clara, la ha encontrado por fin gracias a un estudio español (publicado en la revista médica New England Journal of Medicine) que, por primera vez, ha comparado ambas pruebas y que ha demostrado que el número de cánceres detectados con ambos métodos fue idéntico.
El trabajo, liderado por Antoni Castells, director del Instituto de Enfermedades Digestivas del Hospital Clínico de Barcelona y coordinador del Programa de Detección Precoz de Cáncer de Colon y Recto de Barcelona, y Enrique Quintero, jefe del Servicio de Digestivo del Complejo Hospitalario de Canarias, en Tenerife y financiado conjuntamente por la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) y el Instituto de Salud Carlos III, incluyó a 60.000 personas sanas de entre 50 y 69 años de ocho comunidades autónomas.
Mediante un diseño pragmático, se adjudicaba de forma aleatoria a todos los participantes una de las dos pruebas de detección precoz con el fin de valorar cuál es la que se acepta mejor y con la que se obtiene un mayor rendimiento. Sobre el primer aspecto no hay lugar a duda ya que la investigación revela, por una parte, que la participación (34 por ciento) es superior con el test SOH, al no ser invasiva, que en la colonoscopia (25 por ciento), mucho más agresiva. Además, 1.600 personas solicitaron cambiar la colonoscopia por el test, pero solo cien pidieron lo contrario.
Sobre la segunda cuestión, más importante aún, concluye que el número de cánceres detectados con ambos métodos fue idéntico (33 con colonoscopia y 30 con test en sangre), hallándose la mayoría —el 85 por ciento— en una fase inicial de su desarrollo. No obstante, como apunta Quintero, “si el número de participantes hubiera sido el mismo se habrían detectado más con la colonoscopia, pero la gente no lo acepta”.
Por último, las complicaciones que se observaron fueron mínimas en ambos grupos, aunque inferiores con la prueba de SOH.
Una vez demostrada su validez, otra cuestión importante, y más en los tiempos que corren, es si se trata de una medida coste-eficaz. Y parece que en este punto los expertos no albergan duda sobre la respuesta. “Nos ahorramos diez colonoscopias por cada cáncer que detectamos con el test de SOH”, explica Castells. De igual modo, con el test de sangre en heces se consigue un “importante ahorro” ya que, mientras que la colonoscopia cuesta entre 150 y 180 euros, el test cuesta dos euros.
Por todo ello ambos expertos han reivindicado la necesidad de que en España se implante un programa general de cribado o detección precoz del cáncer colorrectal, a través de este test y en personas de más de 50 años, algo que “apenas costaría 22 millones de euros”, frente a los 900 millones que cuesta tratar los cánceres fase IV que se producen en España, advierte Quintero. “No es que sea coste-eficaz —asegura Castell— es que se ahorra dinero”.
A pesar de estos datos, actualmente, en España sólo hay nueve comunidades con programas de cribado (Cataluña, Comunidad Valenciana, Murcia, Canarias, País Vasco, Cantabria, Extremadura, Castilla y León y La Rioja), pero los criterios de inclusión no son homogéneos.
Próximos pasos
Además de su implementación de un programa a nivel nacional, el futuro de esta prueba podría estar también en su aplicación en otro tipo de situaciones clínicas.
De hecho en la reunión nacional de la Asociación Española de Gastroenterología, que tendrá lugar en marzo, se abordará su uso en el caso de pacientes a los que se ha detectado un pólipo y ya hay estudios en marcha para valorar su eficacia.