Yolanda Martínez es doctora en Periodismo y profesora de la UCM
Dicen que habrá una ‘píldora del olvido’. Es lo que afirman investigadores estadounidenses y chinos, que han utilizado una enzima (alfa-CaMKII) que hace que desaparezca el miedo y ciertos recuerdos en roedores. Se trataría de utilizar los hallazgos para “identificar dianas” para medicamentos antirrecuerdos. Quizá lleguen a tiempo para superar lo que la actual crisis mundial parece que va a producir, aunque nadie se atreva a hacer previsiones.
La realidad nos mete en una espiral de insuficiencia financiera que alcanza categoría de tsunami, pero nadie es capaz de extrapolar sus posibles efectos en materia sanitaria. No obstante, habrá que realizar ajustes en el funcionamiento de todos los sistemas, y el sanitario es esencial. Asimismo, es obvio caer en especulaciones catastrofistas de los gurús de la economía, pero también se podría pensar que las épocas de crisis son vistas como oportunidades para mentes despiertas.
Pero en EEUU ya se han hecho previsiones que indican que el rescate del sector financiero con fondos públicos perjudicará los planes de salud, aunque habrá efectos diferenciales sí ganan los demócratas o los republicanos, según un estudio publicado en The Lancet Oncology. El informe dice que el plan de rescate disminuirá la posibilidad de que se apruebe una reforma del sistema. Para Roger Feldman, de la Universidad de Minesota, el rescate incidirá en el mayor déficit presupuestario de la historia y afectará a los planes de reforma de Barack Obama y John McCain.
Sherry Giled, de la Universidad de Columbia, cree que afectará en mayor medida a los planes relativos a la salud de McCain. También dice que si gana Obama los enfermos de cáncer tendrán mejor atención. Algo con lo que coincide Richard Brown, del Centro de Investigación de Salud Pública de la Universidad de California. ¿El motivo? “Las aseguradoras no cubrirán los exámenes oncológicos”, asevera. Es desalentador comprobar la posible influencia del plan de rescate si McCain sale vencedor, y no sólo en los que padecen cáncer sino que se amplía el espectro a cualquiera de los que sufren enfermedades crónicas.
Si los efectos profetizados son ciertos, las consecuencias tendrán una huella imborrable en la sociedad. Entonces, no quedará más opción que confiar en que la molécula que parece borrar los recuerdos de forma selectiva, dejando los demás intactos, esté al alcance de todos.
