| domingo, 22 de marzo de 2009 h |

Yolanda Martínez es doctora en Periodismo y Profesora de la UCM

Qué produce más temor saber que estamos expuestos a un peligro o ver reflejada la cara de la supuesta amenaza en un espejo? Podemos leer en la web de una farmacia on line canadiense “Buy morphine now!!!”. Morfina a tres dólares, sin prescripción médica, provisión hasta 90 días de dosis y el producto “a la puerta de su casa en pocos días”. En esa página posan un grupo de doctores sonrientes y toda una lista de medicamentos ofrecida al internauta: diazepán, xanax, morfina, rivotril… Se trata de fármacos fiscalizados internacionalmente pero que esta farmacia vende con descuentos exorbitantes. La imagen es tan discordante de lo que se escribe debajo que parece el cartel publicitario de una película de ‘terror aséptico’, esas tramas cinematográficas en las que la crueldad no se salpica con la sangre derramada por los agredidos y torturados.

La Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), un órgano de fiscalización independiente, está encargada de vigilar la aplicación de los tratados de fiscalización internacional de fármacos. Anualmente elabora un informe, en el que se ha hecho un llamamiento a los gobiernos para emprender acciones eficaces e impedir que las redes de tráfico llenen el mercado negro con medicinas legales y controladas internacionalmente. En ambientes marginales de las grandes urbes los heroinómanos se inyectan o beben la morfina, los atracadores parece que prefieren rivotril porque “desinhibe”, como si utilizaran speed, y lo obtienen en el mercado negro internacional.

Los hallazgos de la JIFE tienen a las autoridades en alerta. Por ejemplo, en Bangladesh, el 4,3 por ciento de los drogodependientes es adicto al jarabe para la tos. En Irán, hay 100.000 adictos a esta medicina y es la codeína la que genera la adicción. En la India, la buprenorfina, un analgésico, es la sustancia que más se inyectan los adictos. El mismo fármaco es consumido en forma de píldoras en Francia y los países escandinavos. Daneses y suecos parecen tener, además, predilección por un sedativo, el flunitrazepam (rohypnol). Y así suma y sigue…

Desde JIFE se enfatiza sobre la necesidad de vigilar a las farmacias “engañosas” de Internet, que fomentan el abuso de drogas en los grupos vulnerables. Se considera que el delito cibernético es motivo de especial preocupación, ya que los ‘narcos’ figuran entre los principales usuarios de claves para mensajes de Internet y de esa forma eluden la acción de la ley, coordinan las remesas de drogas y blanquean capitales. Ese problema exige una respuesta coordinada y no vale mirar para otro lado. La amenaza es real y exhibe sin pudor su cara en la pantalla de nuestro ordenador.