Yolanda Martínez. Doctora en Periodismo y profesora de la UCM
Internet se ha convertido en una realidad de la que casi nadie permanece al margen. En España se ha comprobado que el 79 por ciento de los usuarios utiliza la Red para informarse sobre una enfermedad. Pero en algunos lugares, como en Sudáfrica, las palomas mensajeras son más rápidas que el ADSL. Parece que la conexión por banda ancha es la vía por la que el mundo globalizado está interconectado. Pero ésa es una asignatura pendiente en Sudáfrica, tal como comprobó una empresa especializada que equipó a una paloma mensajera con una memoria portátil de 4GB y logró que tardara dos horas para cubrir la ruta de 1,6 kilómetros que separa Howick a Durban y que el contenido de la memoria fuera cargada en el sistema informático. Mientras tanto, se comprobó que la transmisión por ADSL de la misma cantidad de información estaba completada apenas al 4 por ciento en el mismo tiempo. La culpa de que Internet no rebase la velocidad de una paloma mensajera es de la carencia de cables de fibra óptica en el continente africano. Pero no hay que preocuparse, porque el primero de ellos ha entrado en funcionamiento recientemente. Quizá la siguiente carrera con palomas mensajeras permita incluso el ‘dopaje’ del ave para igualar las condiciones de los contendientes.
Pero fuera de la anécdota, lo cierto es que los mensajes que se manejan socialmente sobre temas sanitarios tienen el permanente riesgo de su veracidad y de su capacidad para adecuarse a las necesidades de los ciudadanos-usuarios. Es imprescindible que se busquen formulas para validar las fuentes, pero también para que se eleve el propio nivel de conocimientos de las personas en materia de salud. Entre algunos expertos se apunta la necesidad de que los profesionales sanitarios se impliquen en escribir en Internet, y sin duda es una magnífica idea. Pero no debería desaprovecharse la capacidad que tienen, por ejemplo las oficinas de farmacia como escalón más cercano al ciudadano.
Es sabido que la frecuentación de estos establecimientos es elevada no únicamente a la hora de buscar un fármaco para una enfermedad, sino que el vínculo de asesoramiento para el autocuidado de la salud existe y debe ser potenciado. Son muchas las campañas en las que los farmacéuticos están trabajando codo con codo con las autoridades sanitarias para informar a la población. El último ejemplo es el de la de prevención de la gripe A. Estar a pie de calle, abrir vías de doble flujo entre ciudadanos y farmacéuticos puede ser una forma de evitar muchos males que corren sin freno por la Red, salvo, de momento, en Sudáfrica.