| viernes, 11 de diciembre de 2009 h |

Yolanda Martínez es doctora en Periodismo y profesora de la UCM

Mata. Además, nos lo recuerdan las cajetillas de tabaco con unas imágenes descarnadas de los efectos que el hábito de fumar tiene en el organismo humano. Pero cuanto más crueles sean las fotos o más explícitos sean los mensajes disuasorios, más se fuma. Un estudio realizado por psicólogos de Estados Unidos, Suiza y Alemania ha extraído como conclusión que el mensaje de “Fumar mata” en los paquetes de tabaco crea mas adicción. Lamentable pero cierto: la apelación a que “fumar provoca impotencia” resulta más amenazadora que los mensajes de advertencia relacionados con la muerte. Parece que muchas personas fuman “para reforzar su autoestima”, para “impresionar o quedar bien” o porque piensan que fumar “aumenta su estatus social”.

En España, si no se adoptan acciones urgentes la cifra anual de fallecidos relacionados con el consumo de tabaco podría ascender a ocho millones en 2030. Asimismo, el recientemente informe presentado por la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) ha alertado de que tanto el tabaquismo como la obesidad son las grandes amenazas crecientes para la salud en España. La tasa de obesidad en adultos se ha duplicado en los últimos 20 años: del 6,8 por ciento en 1987 se pasó al 14,9 por ciento en 2006. ¿En los niños? Uno de cada seis tiene sobrepeso u obesidad.

Otro estudio, de la Universidad Penn State de Pensilvania, demostró que las personas que consumían tabaco durante los 30 primeros minutos del día y que fumaban 10 cigarros diarios tenían mayores niveles de nicotina que aquellos que consumían 20 y empezaban a partir de la primera media hora. Toda vez que existe la asociación entre la nicotina y el riesgo de sufrir cáncer de pulmón, las personas que fuman al poco tiempo de levantarse son más susceptibles a padecerlo.

Habría que trazar un perfil del fumador para diseñar planes de intervención. Sin embargo, existe una gran zona de sombra en la que se encuentran todos aquellos fumadores que no muestran el menor deseo de abandonar el hábito de fumar. Es la incoherencia del ser humano, que es capaz de conocer y comprender lo que sucede y la repercusión de sus actos pero que siente la irrefrenable pulsión de seguir actuando sin pensar. No son cantos de sirena sino de una campaña estructurada que pretende fomentar el abandono del tabaquismo, con imágenes de pulmones destruidos, de cáncer bucofaríngeo, y a pesar de martillear nuestras conciencias nosotros seguimos instalados en un carpe diem letal.