| domingo, 08 de marzo de 2009 h |

c. r.

Madrid

Hace unos días, la Fundación Hipercolesterolemia Familiar alcanzó uno de sus objetivos fundamentales: la aportación reducida para todos los fármacos que necesitan tomar de forma crónica los pacientes que padecen esta enfermedad. Sigue pendiente la reclamación al Ministerio de un Plan Nacional de Detección Precoz, que de momento sólo se lleva a cabo en algunas comunidades. Los resultados obtenidos de un análisis coste-efectividad publicado recientemente en la Revista Española de Cardiología respaldan su puesta en marcha.

Los especialistas de las comunidades autónomas han realizado hasta la fecha unos 5.000 análisis genéticos, con un porcentaje de detección del 65 por ciento. Más de la mitad de los diagnósticos positivos han tenido lugar pasados los 50 años, lo que tiene evidentes implicaciones sanitarias y económicas, pues el beneficio sanitario en años de vida ganados es mayor cuanto antes se diagnostica la enfermedad.

La esperanza de vida para un varón de 20 años con hipercolesterolemia familiar (HF) heterocigótica tratado con estatinas desde los 20 años es de 70,6 años. Su esperanza de vida sin ese tratamiento sería de 65,6 años. Para una mujer, las cifras son de 77,2 años sin tratamiento y 82,3 con tratamiento.

Coste-efectivo

Los datos económicos también apoyan la estrategia de cribado genético a los familiares directos de personas diagnosticadas de HF como una alternativa eficiente frente al no cribado. El coste medio del cribado por cada nuevo caso diagnosticado es de 1.447 euros. Las estimaciones indican que se evitarían 26 infartos agudos de miocardio (IAM) por cada 100 personas tratadas con estatinas entre los 18 y los 60 años. “Por lo tanto, el ahorro de los IAM evitados por persona diagnosticada (1.384 euros) compensa en buena parte el coste del tratamiento”, dice el estudio. No ocurre lo mismo con el coste del tratamiento, cuyo coste medio (sumando dos visitas anuales al especialista) asciende a los 4.529 euros.

Dividir el coste total incremental por los años de vida ganados suma nuevas pesas a la alternativa de cribar la enfermedad. Según este coeficiente, un programa de cribado genético a familiares de primer grado de pacientes diagnosticados de hipercolesterolemia familiar supondría invertir 3.423 euros por cada año de vida ganado, un ratio “muy razonable”, según los autores del estudio.