| viernes, 24 de septiembre de 2010 h |

Santiago de

Yo no sé si “Trini puede”, como dice el eslogan de la precandidata a la presidencia de la Comunidad de Madrid y actual ministra de Sanidad. Trinidad Jiménez está en una especie de excedencia voluntaria atípica, porque está, pero no. Si “Trini Puede”, decía, el sector ya no. No pueden permitirse pagar lo que no tienen ni la farmacia ni la industria, tras los recortes de precios de medicamentos y márgenes. Las más de cien mil familias que todavía trabajan en el sector ‘farma’ no pueden estar pensando, como ocurre, qué nuevas calamidades darán al traste con sus planes, ya golpeados por partida doble.

Farmaindustria ha tenido que confirmar que el recorte de precios… ¡no tenía carácter retroactivo más allá del 1 de junio, fecha de entrada en vigor de dichos recortes! La consulta a la Dirección General de Farmacia muestra el miedo del sector a que se cometan nuevos atropellos con la excusa de que seguimos en crisis. Es obvio que la respuesta, abogados del Estado de por medio, es que los descuentos no pueden ser retroactivos. Puede que la consulta haya sido obvia en el contenido, pero es oportuna en el tiempo si uno piensa que, en esto de recortar gastos sanitarios, todo vale. Pues no. Los gestores públicos y los políticos no han sido nombrados unos y elegidos otros para arruinar a los sectores a los que sirven. No han sido nombrados para crear pobreza.