Las cifras de infectados se mantienen estables, al igual que los casos detectados en estado avanzado

La industria farmacéutica investiga fórmulas que disminuyan, principalmente, los niveles de toxicidad

| 2011-06-03T16:19:00+02:00 h |

Teresa rey

Madrid

Tres décadas han transcurrido desde la aparición de los primeros casos de pacientes infectados por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), y tras todos estos años un grupo de expertos ha hecho balance en el taller “Retos presentes y futuros en VIH: ¿hacia un nuevo paradigma?”, organizado por la Plataforma VIH en España. ¿Uno de los principales datos a señalar? Si bien las cifras de infectados anuales se mantienen estables y las tasas de contagio se han reducido en los últimos años, el sida es todavía un problema de salud prioritario.

A este respecto, destaca que cada año se producen en España entre 2.500 y 3.500 nuevos casos y su prevalencia se estima en torno a tres infecciones por cada mil habitantes. Los datos preocupan, pero uno de los aspectos que más inquietan es el diagnóstico, tal y como explicó Josep Maria Gatell, director de la Plataforma VIH en España. Y es que, pese a la información y las medidas preventivas, tanto en nuestro país como en la mayoría de los estados occidentales europeos, el 30 por ciento de la población está infectado y no lo sabe, un porcentaje que tampoco ha variado con el tiempo.

“Este grupo de pacientes, conocidos también como la parte oculta de la epidemia, es responsable de entre el 60 y 70 por ciento de las transmisiones de la enfermedad. Además, la mayoría de los casos son diagnosticados de forma tardía, cuando la enfermedad está ya relativamente avanzada”, matizó Gatell. Una situación que paralelamente repercute en el coste sanitario, pues según él, en VIH el diagnóstico tardío aumenta el gasto.

El principal escollo relacionado con este aspecto es que la estrategia de detección precoz no está definida y todavía se produce la dicotomía entre los partidarios del opt-in y los del opt-out. Respecto a la última opción, en opinión de Santiago Moreno, jefe de servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Ramón y Cajal, se ha demostrado que es coste-efectivo implantarla en las regiones donde hay un prevalencia de la enfermedad superior al 0,1 por ciento. Por su parte, Gatell aseguró que aunque ya hay una experiencia previa en Estados Unidos y en Francia se empiezan a tomar medidas similares, la implementación de una prueba clínica de estas características de una forma tan amplia no resulta sencilla.

Avances y futuro

El análisis de la evolución del VIH pasa por destacar uno de sus avances más reseñables, de sobra conocido, pero al que es inevitable hacer mención. “Se ha conseguido una expectativa de vida similar a la de la población no infectada sin afectar la calidad de vida”, resumió Moreno.

La aprobación de los inhibidores de la proteasa en 1995 supuso un hito en la lucha contra el sida. Sin embargo, en el momento actual la cuestión que surge tras todo este tiempo de buenos resultados es saber cuáles son las expectativas de futuro. Para Moreno, por el momento es muy difícil encontrar medicamentos más eficaces, aunque es cierto que uno de los objetivos de la industria farmacéutica es conseguir la curación definitiva de esta patología.

Otro aspecto en el que se centra la investigación es en la creación de fármacos con menor toxicidad y en aumentar la oferta de unidosis, sobre todo para los pacientes que no toleran el tratamiento actual. En esta última posibilidad ya trabajan, según admitió el responsable del Hospital Ramón y Cajal, dos laboratorios farmacéuticos. Igualmente se analizan nuevas familias para evitar resistencias cruzadas.

Lo que es sin duda un gran a reto en cuanto al ámbito farmacológico se refiere es, entre otras cosas, tener una vacuna efectiva, ya que es la única manera de controlar esta patología en los países en vías de desarrollo. “Solamente el cinco por ciento de la población infectada en estos lugares tiene acceso a la medicación antirretroviral”, apuntó Moreno.

Como punto final al taller, el jefe de servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Ramón y Cajal resaltó que otro de los grandes progresos respecto al VIH es que “casi ya no hay casos de transmisión materno-infantil, gracias a las pruebas que se realizan a las mujeres embarazadas”.