Rafael García Gutiérrez es madrileño por casualidad: nació en la capital cuando sus padres, maestros rurales que vivían en Segovia, se encontraban de visita. Una ciudad que no volvió a pisar hasta que hizo el bachillerato en los Escolapios. Al director general de Anefp también se le conoce como Eco Alpha 4 Delta Unión Yankee, su nombre de radioaficionado, su gran pasión. “Es como invitar a tu casa a un grupo de amigos y no tenerles que dar un whisky”, dice. Una afición en la que le introdujeron amigos como Nacho Moreno o Luis del Palacio. Antes de dedicarse a la industria farmacéutica hizo sus pinitos como locutor de radio, ayudante de realización de TVE…
JUAN NIETO
Madrid
Pregunta. Hay que cuidarse.
Respuesta. Sí, pero tenemos la manía de que nos cuiden, y los primeros responsables de nuestra salud somos nosotros mismos.
P. ¿En el tema del autocuidado, se ha dado alguna vez mus?
R. Sí, sobre todo en el ejercicio físico. Llevo una vida sedentaria.
P. Vayamos al lío. La Administración le ha envidado al no aplicar el llamado ‘RD de las dos menos cuarto’ (1345/2007). ¿Qué hacemos?
R. Más que envidar, como normalmente lleva cuatro reyes, puede tirarse faroles. Pero aquí, a ver si le podemos echar un órdago, porque envidar más sería ir a los tribunales españoles, pero si el laboratorio víctima del acto administrativo no demanda, nosotros no podemos hacerlo. Pero sí podemos ir a la UE.
P. Un órdago para evitar que se les quede cara de póquer, ¿no?
R. Que no se nos quede la cara que se te queda cuando te ganan la grande con dos ases. En este tema creo que la Administración tiene dos ases y nosotros tres reyes.
P. ¿Vamos a pares y dejamos la chica o no perdemos un amarraco?
R. Nuestra intención es no dejar ni siquiera la chica, pero en esta partida es el juego el que más tantea, aunque es difícil ganarlo con 31 cuando la Administración siempre la tiene de mano con el BOE. Pero tenemos que defender los intereses de la industria, que son los de los usuarios. Defender el mercado de publicitarios es defender el SNS. La Administración no se da cuenta de que por querer ahorrarse un tanto a chica pierde los pares después.
P. Pares. ¿Va de farol la Administración al decir que es sensible con el tema de los publicitarios?
R. Más que un farol es miedo a los otros jugadores, de favorecer el mercado de publicitarios y de que la oposición les acuse de restringir veladamente prestaciones. El ‘todo gratis para todos’, eso sí es un farol.
P. ¿Anefp se marca faroles?
R. Todos vamos alguna vez de farol, si no sería aburridísimo. Pero nosotros tampoco nos podemos permitir muchos porque a la Administración no se le caen los reyes de la mano. Son partidas difíciles, no ya por los políticos, sino por los funcionarios, que con tres reyes de mano se lo piensan. Siguen con el paternalismo del pasado.
P. ¿Qué tal son los ‘duples paraguas’?
R. Sería una jugada magnífica, no sólo para la industria, sino para los ciudadanos. El más interesado en que se utilicen correctamente los medicamentos es la industria.
P. Juego. Lo llevamos peor en Europa. ¿Se conforma con 30 al punto?
R. Europa coge 31 casi siempre. Aquí con 30 al punto nos daríamos por satisfechos, pero en la actualidad no pasamos de 27.
P. Y nuestro compañero, la Administración, tampoco ayuda.
R. No juega bien lo que pilla. La Administración sí coge 31, pero como no sabe utilizarla se vuelve en contra suya. En la queja constante del exceso en el gasto farmacéutico.
P. Dan ganas de meterle una voz. R. A veces dan ganas de levantarse de la partida, pero nuestra obligación es seguir jugando porque la Administración terminará aprendiendo a jugar.
P. ¿Y si no?
R. Que haga de mirón, calle y dé tabaco. Bueno, lo del tabaco no.
P. ¿Quien calla debería otorgar? Porque la Administración calla muchas veces, ¿no?
R. Ése es el mayor problema, porque si no dialoga no podemos dar argumentos para defendernos. Nuestro mayor enemigo es el silencio. Es una partida desesperante.
P. La Administración, como compañero, no muy bueno; y como rival…
R. Aburre.
P. Y la farmacia, ¿qué tal compañero es?
R. Juega mejor, pero como compañero va a su aire, y por más señas que le pasas juega con sus cartas.