| domingo, 26 de octubre de 2008 h |

LUCÍA GALLARDO

Barcelona

La prueba piloto para detectar el VIH mediante un test rápido, que se realizará en una treintena de farmacias de la provincia de Barcelona, ha sido bien acogida, aunque surgen dudas sobre si el farmacéutico estará capacitado para comunicar un resultado positivo al paciente y para acompañarle tras darle la información. Según Ferran Pujol, director de la ONG Proyecto de los Nombres-Hispanosida, uno de los diez centros que realizan la prueba de detección rápida del virus, con subvención de la Generalitat de Cataluña, esta entidad dedica alrededor de una hora en atender a cada persona que acude a realizarse la prueba. Y esto si el resultado es negativo, puesto que también ofrecen información y asesoramiento.

Pero si el resultado es positivo, explica que el acompañamiento al paciente se hace fundamental, ya que su reacción es imprevisible, puede ir desde el shock emocional hasta un proceso de negación que hace que no acudan al médico y por lo tanto no reciban el tratamiento. Ante estas situaciones, se pregunta si el farmacéutico dispondrá del tiempo y preparación suficiente para llevar a cabo esta importante labor de apoyo.

El vocal de drogodependencias del COF de Barcelona, Rafael Borrás, opina que sí y, de hecho, uno de los apartados más importantes de la formación del farmacéutico será saber anunciar una infección por VIH. De este modo, aparte de los conocimientos que recibirá para averiguar si la persona ha tenido una situación de riesgo y sobre aspectos médicos y farmacológicos de la enfermedad, “una parte muy importante de la formación se centrará en enseñar cómo transmitir los resultados de la prueba”.

Pujol aspira a un acompañamiento más directo tras el resultado, que incida sobre todo en población desprotegida, como los inmigrantes. “Los farmacéuticos deben ir más allá de la comunicación del resultado y ofrecer los recursos necesarios, porque en muchas ocasiones ni siquiera disponen de tarjeta sanitaria”, afirma.

Así, manifiesta su apoyo a la iniciativa, pero siempre y cuando se garantice una atención adecuada, y habiendo asimilado que “no debe tratarse de un programa sólo de detección precoz, sino de educación”. En definitiva, “diagnóstico precoz sí, pero no a cualquier precio, por las implicaciones que tiene para el afectado”, señala.

A pesar de esta demanda de tutelaje, la idea de la iniciativa es que, cuando el resultado sea positivo, la farmacia se ponga en contacto con uno de los centros de referencia u hospital para derivar al paciente y someterlo a una segunda analítica que confirme el resultado (aunque tiene un 99,6 por ciento de fiabilidad).

Otra de las cuestiones que preocupan a las asociaciones de pacientes es la confidencialidad de los datos y la protección de la intimidad de la persona. Estos aspectos están bien cubiertos en el proyecto, y las farmacias deberán tener un espacio preparado para atender a los usuarios.

El director de Hispanosida cree que quedan muchos puntos por definir y que ha habido “cierta precipitación” en el anuncio de la iniciativa, que coincidió con el Día de la Prueba del VIH, ya que aún no se conocen las farmacias donde se va a desarrollar el piloto ni la metodología a seguir por los farmacéuticos. No obstante, valora el piloto y cree que responde bien al objetivo de detectar el VIH precozmente, gracias a la proximidad y accesibilidad de las boticas.

Uno de los aspectos que también hay que acabar de acordar es la remuneración de este servicio en las farmacias, aunque ya se sabe que se ofrecerá de forma gratuita a la población. Por otro lado, Borrás destaca la buena acogida que ha tenido la iniciativa entre los farmacéuticos.