El Parlamento Europeo pospuso la aprobación de la gestión y la ejecución presupuestaria de la agencia correspondiente al ejercicio 2009

Se han detectado irregularidades en la contratación pública y faltan mecanismos para garantizar la independencia de expertos y personal

| 2011-06-24T16:16:00+02:00 h |

Si polémica fue la salida del anterior director de la Agencia Europea del Medicamento (EMA), se prevé que la elección del nuevo también traerá cola. Según Los eurodiputados Andrés Perelló y Cristina Gutiérrez-Cortines, el presidente del consejo de administración de la EMA, Pat O’Mahony, reelegido para el cargo en junio de 2010, dimitió un par de días antes de lanzar la convocatoria para la selección del nuevo director de la agencia para presentarse a la misma. Perelló cree, y así se lo trasladó al comisario de Salud, John Dally, que “no es de recibo” que los miembros del consejo de administración se postulen. “Esto no puede acabar siendo una cosa endogámica”, afirmó. Gutiérrez-Cortines, por su parte, tildó la intención de O’Mahony de “escandalosa”.

Estas advertencias fueron escuchadas a medias, ya que pese a que O’Mahony, que ya ha sido sustituido por el director de la Agencia Británica de Medicamentos (MHRA), Kent Woods, no se postuló como nuevo director, según un comunicado de la EMA del pasado 8 de junio el candidato sí es miembro del consejo. Se trata de Guido Rasi, actual director de la Agencia Italiana del Medicamento (AIFA). Quien sí se pronunció fue la Federación Europea de Empresas e Instituciones Farmacéuticas. Richard Bergström, su director general, se mostró satisfecho con la elección de Rasi. “Es una persona experimentada en el campo de la regulación de la actividad farmacéutica. La prioridad es actuar rápidamente a favor de la transparencia en la forma en que la EMA trata con los expertos y la industria. Las críticas recibidas deben ser tomadas en serio”, manifestó.

Rasi se someterá a la evaluación de la Comisión de Salud Pública el próximo 13 de julio. Allí tendrá que exponer, al igual que el resto de candidatos, sus credenciales y responder a las preguntas de los miembros de la misma. “Si el consejo no sigue la recomendación que salga de la comisión se puede generar un grave conflicto”, sentenció Perelló.

Francisco rosa

Bruselas

La Agencia Europea del Medicamento (EMA) no pasa por su momento más dulce debido a las denuncias que ha vertido sobre ella el Parlamento Europeo. Las motivaciones que han dado lugar a las quejas de los europarlamentarios proceden tanto de la falta de rigurosidad en la asignación de contratos públicos, como de la inobservancia percibida respecto de los conflictos de intereses en los que podrían incurrir el personal y los expertos que trabajan para la agencia. Este hecho podría poner en peligro la independencia de la misma con respecto a la industria farmacéutica. Un asunto que preocupa, y mucho, en el seno del Europarlamento.

Las desavenencias comenzaron el pasado mes de diciembre, cuando el Tribunal de Cuentas de la Unión Europea emitió un informe en contra de la gestión del presupuesto y el cierre de cuentas de la EMA, correspondientes al ejercicio 2009. El motivo esgrimido por el organismo fiscalizador de las cuentas de las agencias comunitarias fue la detección de errores en la asignación de cuatro contratos públicos, por no quedar claros los criterios empleados para dichas concesiones. Asimismo, se alertó de carencias en la especificación técnica de los concursos, con lo que se levantó la voz de alarma sobre la limpieza en el funcionamiento de la agencia.

En base a las reticencias del Tribunal Europeo de Cuentas, la Eurocámara emitió un informe el pasado 15 de abril, en el que resolvió posponer la aprobación de la gestión y el cierre de cuentas de la EMA, al alegar que en 2010 ya se había dado el visto bueno a las de 2008 pese a haber advertido algunas irregularidades en la adjudicación de contratos. Estas deficiencias fueron notificadas a la agencia para ser resueltas, pero no obtuvo respuesta un año después.

El informe del Parlamento Europeo del 15 de abril incluyó una serie de requerimientos a la EMA, a la vez que estableció el 30 de junio como plazo para que la agencia remitiera dicha documentación. Una vez atendidos los requerimientos, el responsable de la EMA tendrá que comparecer ante la Comisión de Control Presupuestario para someterse a las preguntas de sus miembros y explicar las dudas que estos puedan plantear.

Será la propia Comisión Europea la que dará el visto bueno o no, aunque la decisión final se someterá a pleno. En el caso de que el veredicto lleve a un nuevo retraso de la aprobación, el Parlamento Europeo se verá obligado a emitir un nuevo informe con las medidas que crea oportunas, en un dictamen de diagnóstico y con un nuevo de decálogo de acciones a realizar.

Pero si llamativo es el asunto de las irregularidades en los mecanismos de evaluación y asignación de los contratos públicos, más lo es, si cabe, el relativo a los conflictos de intereses. “Es un asunto que se nos está yendo de las manos, porque no se están aplicando los criterios éticos de gestión y conflicto de intereses que prevalecían como uno de los grandes valores que tenía Europa”, reconoce a EG la europarlamentaria Cristina Gutiérrez-Cortines, representante del Partido Popular Europeo (PPE) en la Comisión de Medio Ambiente y Salud Pública.

Y es éste un asunto que el Parlamento Europeo ya incluyó en su informe del 15 de abril, dada su preocupación por la “inobservancia (de la agencia) y, con frecuencia, la falta de procedimientos para detectar y gestionar conflictos de intereses de su personal y sus expertos”, incluidos los criterios de contratación del propio personal que trabaja a cargo de la EMA. Estos aspectos, según manifiesta el propio Europarlamento, ponen en peligro no únicamente la reputación de la agencia, “sino también la salud pública”, por ser estas personas las que se encargan de la evaluación de los medicamentos.

Una visión que comparte la eurodiputada popular, quien se muestra muy clara a la hora de criticar la falta de transparencia con la que se actúa en el seno de la EMA, más si cabe si se tiene en cuenta la relevancia que tienen sus decisiones. “Es una agencia con una responsabilidad tal y tan grave que el que por dentro no funcione bien y haya conflictos de intereses es muy peligroso”, precisa Gutiérrez-Cortines. A este respecto, cabe destacar que la agencia europea también tendrá que dar cuenta de las medidas que piensa aplicar para resolver esta cuestión, cuando acuda de nuevo al Parlamento Europeo a resolver la aprobación de la gestión del presupuesto y el cierre de cuentas de 2009.

Como ejemplo de los problemas derivados de los conflictos de intereses que han sido denunciados por varios europarlamentarios, el informe presentado por este mismo organismo recordaba la reciente marcha del ex director de la EMA, Thomas Lönngren, a una consultora, NDA Group, que trabaja en el asesoramiento de empresas de la industria farmacéutica. “Hay que decirle a la gente que tiene que estar en lo público o en lo privado, pero que no puede estar comiendo de dos platos y confundiendo intereses”, advierte Andrés Perelló, miembro de la misma Comisión en representación del Partido Socialista Europeo (PSE).