| viernes, 07 de octubre de 2011 h |

En la ley de la selva solamente el más fuerte sobrevive y los más débiles se quedan en el camino. El cambio climático ha hecho evolucionar esta norma básica de supervivencia, de manera que los más fuertes y con mejor capacidad de adaptación al medio serán los finalmente que se queden. Solo hace falta ver los documentales de La 2 para ver esta teoría en práctica, o conectar el televisor un poco antes, a la hora del telediario, para ver que también podría aplicarse en muchos sectores económicos. Al sector farmacéutico, indiscutiblemente. “¿El final de las marcas?” podría ser el título de un documental que tiene como protagonistas a la industria, la farmacia y la distribución en un momento clave de su evolución en la cadena del medicamento. Podría, sin duda, aunque esta jornada quedará como fiel reflejo de cómo la falta de información a los afectados, la falta de concreción de las administraciones y la falta de unos plazos adecuados para poner en marcha los cambios que se avecinan han generado unos niveles de incertidumbre pocas veces visto.

La razón es algo que sin duda el legislador no ha tenido en cuenta a la hora de obligar a prescribir por principio activo en un plazo tan limitado de tiempo, y es que no se trata de un real decreto-ley economicista, como fueran el RDL 4/2010 y su hermano, el RDL 8/2010. Este va mucho más allá y cambiará el modo de actuar y la estructura de la industria, la farmacia y la distribución. Algunos lo tendrán más fácil para adaptarse. La farmacia y la distribución acumularán un gran poder, lo que les permitirá al menos compensar los años de recortes que han venido acumulando. La industria farmacéutica, en cambio, es la que está abocada a cambiar y ajustarse de manera urgente a este cambio climático de dimensiones estratosféricas aprobado por la vía urgente, y en pleno verano además. Y muy especialmente las marcas, que se han convertido ahora en el eslabón más débil, especialmente si confían solo en la excepcionalidad a la regla.