La entrada de EFG y las políticas de incentivos provocan el deslizamiento de recetas

En Andalucía la venta de simvastatina subió el 34,6% y atorvastatina bajó el 12,1%

| 2011-04-08T15:58:00+02:00 h |

c. r. / c. a.

Madrid

Desde que simvastatina apareció en el mercado en 1984, las estatinas no solamente fueron una revolución en la prevención del riesgo cardiovascular asociado a la hipercolesterolemia, sino que también dieron un vuelco al mercado farmacéutico. Y, con él, a las arcas públicas, en las que las seis estatinas disponibles en la actualidad han tenido un impacto creciente, hasta ahora. La introducción de los genéricos y las medidas adoptadas por las administraciones sanitarias han dado un giro al mapa de un mercado que, a pesar de incrementar ventas en unidades, cuesta menos al sistema y refleja cambios relevantes en la sustitución de un principio activo por otro.

Contrariamente a lo que la lógica del mercado dicta y lo que había ocurrido en ocasiones similares, tras la aparición de los genéricos de atorvastatina se ha reducido el número total de tratamientos con este producto. Con ello se ha beneficiado, principalmente, a su competidor más viejo, el que cambió el mercado: simvastatina, que vivió en 2010 su segunda juventud.

Según datos de IMS, las ventas de estatinas en unidades en oficinas de farmacia (incluido el SNS y la receta privada), tanto de marcas como genéricas, crecieron en 2010 en todas las autonomías excepto en Navarra. El promedio de ventas de atorvastatina, fluvastatina, lovastatina, pravastatina, rosuvastatina y simvastatina creció un 8,53 por ciento en unidades. Por el contrario, su coste medido en PVL registró una bajada del 14,7 por ciento debido, principalmente, a las medidas de reducción de precios de los genéricos prevista en el Real Decreto-ley 4/2010.

El ‘revival’ de simvastatina

En general, las versiones genéricas de estos medicamentos cumplen su tarea, aunque la penetración en las comunidades autónomas es todavía muy dispar. De media, el 41,93 por ciento de las ventas de estatinas en 2010 en oficinas de farmacia del SNS fueron genéricas. En este sentido, Andalucía lideró la apuesta por estas versiones, ya que un 61,23 por ciento de sus ventas fueron EFG. Junto a Andalucía, Castilla-La Mancha y Cataluña superaron el 50 por ciento, mientras que Madrid y Cantabria también se situaron por encima de la media nacional, aunque sin llegar a la mitad de sus ventas en genéricos.

Fue en la distribución por fármacos donde las disparidades se hicieron más evidentes. Tras la entrada de su genérico, la venta de atorvastatina en unidades creció en 2010 en comunidades como Galicia o La Rioja (12,6 y 14,5 por ciento, respectivamente), mientras que registró caídas superiores al 6 por ciento en Castilla-La Mancha, al 7 por ciento en Navarra, y al 12 por ciento en Andalucía. Esta circunstancia implicó deslizamientos, principalmente hacia simvastatina. Así, en Andalucía creció un 34,6 por ciento; en Castilla-La Mancha un 11,08; y en Navarra un 6,25 por ciento.

Pero el ‘revival’ de la primera estatina no fue solamente a consecuencia de la caída de atorvastatina en estas tres regiones. Simvastatina, la estatina más barata, creció en todas las comunidades. En algunas de manera muy significativa, como Cataluña (27,19 por ciento), Aragón, Cantabria, Madrid y Murcia, todas con crecimientos superiores al 15 por ciento. La razón es que, al tiempo que caían las ventas de unidades de atorvastatina en algunas regiones, las de fluvastatina y lovastatina lo hicieron en todas, mientras que pravastatina solamente creció un 2,84 por ciento en Andalucía.

El caso de rosuvastatina

Sin embargo, cabe añadir que no todo el deslizamiento de la caída de las ventas de la mayoría de las estatinas ha ido a parar a simvastatina. Buena parte se ha ido también al otro extremo, a rosuvastatina, comercializada por AstraZeneca como Crestor, probablemente debido a que está en plena fase de crecimiento, tras su lanzamiento en septiembre de 2009, y aún no tiene competencia de genéricos. Crestor cerró 2009 con un 0,50 por ciento de cuota en el mercado, mientras que a finales de 2010 ya estaba en el 4,77 por ciento.