Juan Nieto
Madrid
Después de muchos meses en el seno de la patronal de la distribución, Fedifar, se ha fumado la pipa de la paz para renovar sus estatutos. Su presidente, Antonio Mingorance, analiza este principio de acuerdo y los retos de futuro a los que se enfrenta la federación.
Pregunta. Por fin se llegó a una solución para sacar adelante los nuevos estatutos, ¿no?
Respuesta. Existe un principio de acuerdo que puede ser la base de unos nuevos estatutos y un nuevo funcionamiento de la federación, con el que todos sus miembros se encuentren a gusto.
P. La polémica por reflejar la cuota de mercado en su seno llegó muy lejos. ¿Temió una ruptura?
R. Por parte de los miembros de Fedifar con los que he estado más en contacto estos meses no había interés en una ruptura. Francamente, siempre he visto la ruptura como una posibilidad remota.
P. Eso sí, ningún acuerdo deja a todo el mundo satisfecho.
R. Evidentemente, nadie puede esperar que se apruebe su posición al cien por cien. Todos los interesados tienen que ceder en mayor o menor medida.
P. ¿Qué ‘culpa’ tiene Mingorance de llegar a este acuerdo?
R. El mérito hay que atribuírselo a todas las asociaciones. En realidad, por razones obvias, yo he preferido estar al margen de la primera línea de las negociaciones y no me corresponde ningún mérito especial.
P. Sobre los nuevos estatutos…
R. Todavía no hay nuevos estatutos, por ahora tenemos un principio de acuerdo que conducirá a una reforma de los estatutos. En cualquier caso, habrá que valorar los efectos de los cambios cuando pase algún tiempo. Lo que califico como un logro importante es el consenso alcanzado.
P. ¿Confía en que los futuros nuevos estatutos den un giro hacia la modernización de Fedifar?
R. Modernización es un término que suena muy bien pero con poco contenido concreto para calificar a una federación como la nuestra. Lo que se pretende es incrementar sus recursos para dar respuesta a algunas carencias que algunos miembros han puesto encima de la mesa.
P. ¿Para mejorar su funcionamiento?
R. La mayoría de las empresas representadas en Fedifar respaldan la labor de los últimos años y su forma de dar respuesta a los principales problemas a los que se enfrenta la distribución. Esto no significa que no sea mejorable. La trayectoria de Fedifar, con la introducción de las reformas que se plantean y, sin duda, la estabilidad que proporciona el consenso, serán las herramientas adecuadas para que esté en condiciones de servir a los intereses de sus asociados en los tiempos que corren.
P. Unos tiempos en los que están pendientes de la aprobación de dos reales decretos: Trazabilidad y Distribución. ¿Pueden retrasar los cambios en el Ministerio su puesta en marcha?
R. Confiamos en que no sea así. El Ministerio se ha manifestado públicamente, en repetidas ocasiones, a favor de nuestro modelo solidario de distribución. En este sentido, no creo que existan dudas sobre el contenido del Real Decreto de Distribución, aunque haya cambios en la cúpula. La distribución necesita con urgencia que esta norma se publique. Hay que recordar que hay una serie de empresas mayoristas de gama completa que están atravesando serios problemas porque no reciben suministro de determinados laboratorios. En cuanto al Real Decreto de Trazabilidad, creo que depende más del resultado de la prueba piloto que de los cambios en el Ministerio.
P. Hablemos de esa prueba piloto. Parece que todavía no se ha avanzado mucho, ¿no?
R. La verdad es que esperábamos que se hubiera publicado el concurso a principios de año. A este paso, va a ser muy difícil poder cumplir con los plazos previstos. Fedifar valora muy positivamente este concurso, porque esperamos que ayude a tomar una decisión sobre un sistema de trazabilidad realista, con exigencias razonables para los tres agentes y que cuente con plazos viables.
P. Sobre el futuro Real Decreto de Distribución, ¿cree que los nuevos responsables sanitarios recogerán las peticiones de la distribución española?
R. Estoy seguro de que los nuevos responsables también comprenderán que la única forma de asegurar el excelente acceso que tienen hoy todos los ciudadanos a cualquier medicamento es preservando el actual modelo solidario de distribución. Para conservar este modelo, es esencial que se reconozca nuestra labor como un verdadero servicio público, con todas las exigencias necesarias para que la farmacia reciba el medicamento que necesita para su paciente, en las condiciones y plazos que demande. Al mismo tiempo, se debe garantizar que todos los almacenes reciban suficiente suministro de todos los laboratorios para poder cumplir su función sanitaria.
P. En este sentido, ¿ha habido algún cambio en la manera de actuar de los laboratorios en la garantía de suministro?
R. Aunque, en general, la relación de los laboratorios con la distribución está mejorando en los últimos años, todavía, inexplicablemente, algunos se niegan a suministrar a determinados almacenes. Esta situación se tiene que corregir urgentemente. Se impide a determinadas empresas cumplir con un servicio esencial para el Sistema Nacional de Salud, como es garantizar el acceso a los medicamentos, y esto es inaceptable.