Los médicos de AP defienden una prescripción que anteponga calidad a gasto
Un informe pide a Sanidad que elimine las desigualdades existentes en el SNS
redacción
Madrid
En pleno debate sobre la sostenibilidad del sistema sanitario, los médicos de familia siguen su campaña en torno al debate de la prestación farmacéutica. Tras las críticas vertidas sobre iniciativas como la subasta de Andalucía o el catálogo gallego (ver EG núm. 505), un informe sobre el visado de inspección en el SNS se ha convertido en la segunda herramienta con la que Semfyc defiende una prescripción que anteponga la calidad asistencial al control del gasto.
Gestores y gerentes aún ven en el visado una herramienta útil para ajustar las prescripciones a las indicaciones autorizadas en la ficha técnica y para introducir de forma cautelosa las novedades terapéuticas. Tampoco dudan a la hora de justificar su uso desde un punto de vista económico.
Pero desde el día a día la cosa cambia. Los médicos ven en el visado un único objetivo desde la Administración: controlar el gasto y el número de recetas y buscar un efecto disuasorio en la prescripción de fármacos de alto impacto, ya que los fármacos que llevan visado suelen coincidir con los más caros. Para ellos, el visado no sólo no mejora la calidad asistencial, sino que además genera desconfianza hacia el profesional. El informe de Semfyc, que valora la situación actual del visado desde la perspectiva de los profesionales, considera que el médico tiene formación suficiente para realizar la prescripción sin supervisión y confirma, de hecho, que no supone ninguna traba si se cree que es la opción terapéutica idónea.
Si bien hay quien refleja el papel del visado como “llamada de atención” ante fármacos con un perfil beneficio-riesgo poco definido, también se comenta la necesidad de revisar periódicamente la lista de fármacos sometidos a visado, pues llega un momento en el cual la evidencia riesgo/beneficio ya existe, con lo que no es necesario mantener el visado.
Armonizar
Es por eso que desde Semfyc se cree que el visado de inspección debe desaparecer, o al menos debería hacerlo con el tiempo. Hasta que eso no ocurra, se conforman con que Sanidad armonice la enorme variabilidad actual. Para empezar, la mayoría de las comunidades funcionan con circulares o notas internas dentro. Sólo cinco, de hecho, cuentan con un acceso sencillo y público a su legislación sobre visados.
Además, tampoco hay claridad sobre los listados de medicamentos sometidos a visado y el distinto grado de implantación de la receta electrónica genera un mapa tricolor que genera desigualdades entre la población. Actualmente en el SNS coexisten el visado manual, el electrónico y el electrónico vinculado a la e-receta, si bien es cierto que el electrónico ha minimizado las trabas administrativas que suponía la gestión de los medicamentos con visado. De hecho, de no desaparecer, los entrevistados creen que el futuro del visado de inspección es adoptar el modelo del visado electrónico vinculado a la e-receta.
Los médicos quieren dejar clara, además, su oposición al visado dentro de las políticas de contención que, a su juicio, están incidiendo casi exclusivamente en atención primaria. Otra de las herramientas para el control del gasto farmacéutico y el uso racional de los medicamentos a las que los médicos están muy acostumbrados son los indicadores de calidad de la prescripción. En algunos casos, esta medida coincide con el visado en el mismo grupo terapéutico, como es el caso de los antidiabéticos orales.