La comunidad andaluza ha hecho

con su política sanitaria un roto al PSOE

| 2010-11-19T16:29:00+01:00 h |

Sergio Alonso es redactor jefe de ‘La Razón’

La Junta de Andalucía le está causando al PSOE, con su política sanitaria, un roto de dimensiones colosales. A estas alturas de la película, pocos médicos, farmacéuticos y laboratorios hay que no echen pestes contra la consejera María Jesús Montero y el director gerente del Servicio Andaluz de Salud (SAS), José Luis Gutiérrez. Como pocos hay también que no teman que sus arrebatos irracionales contra el sector se extiendan como una epidemia por otras regiones socialistas más dadas al raciocinio y a la reflexión serena, atomizando el SNS y ahuyentando definitivamente del país toda la inversión. Mientras Montero jalea el aborto, la eutanasia y la cultura de la muerte mediante el apadrinamiento de congresos y simposios varios, en un intento de convertir su feudo en una suerte de laboratorio pseudoprogresista, sus lugartenientes se dedican en cuerpo y alma a apretar las tuercas a los profesionales del sector y a las empresas, con el objetivo de disimular a costa de sus aportaciones forzosas el agujero causado por la nefasta gestión que despliega la comunidad. Flaco favor a su partido, como demuestran las encuestas autonómicas sobre intención de voto. Baste decir que Andalucía encabeza el ranking de morosidad sanitaria de todo el país, al adeudar la friolera de 846 millones de euros a los proveedores de productos y tecnología, y pagarles con 464 días de retraso. A los laboratorios les debe otros 774 millones y les abona las facturas con una demora de 422 días. Ahí es nada.

El último invento de la misma consejería que ahora quiere prorrogar la vida activa de los médicos cuando antes pretendía jubilarles de forma anticipada es el intento de sacar a subasta el suministro de algunos fármacos desde las oficinas de farmacia, iniciativa que traspasa todas las líneas rojas y que invade presuntamente las competencias del pasivo Ministerio de Sanidad. Como no encuentra cómplices genuflexos y dóciles para tan kafkiana rebaja unilateral y encubierta de precios, ni siquiera entre los adictos al régimen, y carece de autoritas en el sector, el gerente Gutiérrez ha decidido tirar de potestas y hostigar a algunos colectivos para presumir luego de apoyos. Todo muy consensuado, pactista y democrático, como se ve. Algo parecido sucede con numerosas farmacéuticas, a las que se ‘invita’ a invertir en Andalucía para tener voz en la comunidad, y ocurre ahora con los farmacéuticos, que se resisten sin embargo a venderse por un plato de lentejas que encima tienen bicho.

El precio que este demócrata les quiere hacer pagar por rechazar la renovación del convenio y no ser cómplices del dislate es el descuento autonómico de los pañales. Lo que hace días era un 13 por ciento, después se elevó de nuevo a 20, tras la negativa, porcentaje que debe sumarse al otro 20 por ciento que rebajó el Gobierno con el ‘tijeretazo’. La venta a pérdidas es el coste de la independencia que esgrimen valientemente y de forma razonable los boticarios. Bonita forma de gobernar, de incentivar la economía y de gestionar el sistema. Todo vale para sostener, aunque sea artificialmente, la abultada nómina de funcionarios, cargos y prebostes que conforman el entramado de la comunidad.

Preguntas sin respuesta

¿Qué consejería socialista no soporta a José Martínez Olmos, procura no coincidir con él en actos públicos e ignora todas sus directrices por considerarlas próximas a las tesis de la industria?

¿Qué alto cargo del Ministerio de Sanidad no quiere permanecer más tiempo en su puesto y confía en que este departamento sea capaz de encontrar a un sustituto con el perfil técnico adecuado?

¿Quién aconsejó a la ministra de Sanidad, Leire Pajín, aplazar al máximo posible el próximo pleno del Consejo Interterritorial fijado en Santiago de Compostela?

¿Qué altos cargos del ministerio se han desinflado ya del todo tras conocer en persona a Leire Pajín?