c. r. Palma de Mallorca | viernes, 31 de agosto de 2012 h |

El burn-out o ‘síndrome del quemado’ ha dejado de ser patrimonio exclusivo de profesores o profesionales sanitarios. Empieza a extenderse en los despachos de algunas consejerías, en particular las sanitarias, cuyos responsables asumen como pueden el coste político de los recortes en Salud. En menos de un año han cambiado los consejeros de cinco comunidades (en Extremadura, dos veces). El último, el de Carmen Castro, ex titular de Baleares, es el ejemplo más claro del peaje que tienen que pagar los consejeros con ‘síndrome de burn-out’.

El sentido común dicta que solo alguien con la sangre muy fría podría tener los arrestos necesarios para tomar el relevo. Antoni Mesquida es cirujano, lo que le garantiza al menos una temperatura baja en sangre para tomar decisiones vitales. Pese a todo, sabe a lo que se enfrenta. El nuevo titular ha llegado a comentar entre bromas que, ante la posibilidad de ser nombrado consejero, su hermano pequeño, Joan Mesquida, ex director general de Turismo y Comercio del PSOE y ex consejero de Economía de Baleares, le dijo en su momento: “No vayas”.

La herencia que recibe todavía humea. A Castro se la llevaron por delante el copago farmacéutico, el cierre de centros de salud por las tardes y de dos hospitales público, el consiguiente ‘petardazo’ en las listas de espera, el despido de médicos y enfermeras y la reducción de un 10 por ciento de los sueldos a los profesionales sanitarios y la pérdida de derechos. A la enorme conflictividad en el sector profesional se suman los choques que mantenía con su equipo, así como las continuas polémicas con su antecesor, el ex consejero socialista Vicenç Thomas. A su favor hay que añadir que, antes de presentar su dimisión por motivos “única y estrictamente personales”, evitó que se iniciara una anunciada huelga de 4.000 profesionales sanitarios.

Mesquida parte de antemano con una baza que le aleja de su antecesora. Ella era considerada una gestora ‘dura’. Él, en cambio, goza de un perfil amable. Además de concejal de Manacor y ejecutivo de la sanidad privada y pública, es el impulsor de una Organización No Gubernamental local que trabaja en Etiopía y Latinoamérica. Además, sus primeras palabras nada más acceder han antepuesto la eficiencia a los recortes. El tiempo dirá si puede cumplirlas.

Aún es muy pronto para saber qué hará para aliviar la tensión en Baleares, pero el nuevo consejero ha llegado al cargo consciente de a quién quiere tener al lado: Isabel Borrás colaboró con él en la gerencia de los hospitales de Manacor y Muro y ha sido designada por Mesquida como la nuevo dirigente del Ib-Salut.

Especializado en medicina familiar y comunitaria, Mesquida es muy consciente de la importancia capital de la Atención Primaria en la gestión de la sanidad pública. Por ello, no ha dudado en anunciar la vuelta atrás en dos medidas adoptadas por su antecesora por motivos de ahorro: la reorganización administrativa que anuncia el consejero pretende recuperar una gerencia única de Atención Primaria que sustituya a la actual división en cuatro gerencias, así como la estructura anterior del Ib-Salut, cuando existían dos vicepresidencias.