En España su prevalencia es baja y ocupamos el puesto 21 de los 27 Estados miembro de la UE
| 2009-11-06T17:08:00+01:00 h |

ramiro navarro

Sevilla

Las estrategias de prevención y detección del virus del papiloma humano (VPH) podrían modificarse en los programas de cribado con la llegada de las nuevas técnicas de biología molecular. Cada autonomía, dentro de sus planes estratégicos de Oncología, analiza las distintas opciones que quedan abiertas con la llegada de esta tecnología. La rentabilidad de la aplicación de estas técnicas fue el tema sobre el que giró el último café de redacción que organizó Fundamed-EG en Sevilla.

Según Enrique Alonso, director del Plan Integral de Oncología de Andalucía, el cáncer de cuello de útero es el segundo más frecuente en mujeres en el mundo y el tercero en cuanto a mortalidad. España, dentro de la UE, tiene una baja incidencia y ocupa el puesto 21º sobre 27. Pero esos indicadores variarán. En este sentido, la investigadora del Instituto Catalán de Oncología, Silvia Sanjosé, mencionó que “en 2000 vimos que había una prevalencia del tres por ciento en general”, pero que alarmaba el número creciente de casos que tienen lugar entre la población más joven. Para identificarlo se utilizan dos tipos de técnicas sobre las que se ha abierto un debate con la llegada de las nuevas estrategias de biología molecular.

El cáncer de cuello de útero puede manifestarse por medio de dos localizaciones: el de cérvix, que suele darse en países en vías de desarrollo, y el de endometrio, más habitual en países desarrollados. Los planes de cribado que se dan en España son oportunistas y apenas existen diferencias entre regiones. A este respecto, Alonso explicó que “Andalucía establece el cribado mediante la citología convencional en mujeres de entre 25 y 65 años”.

Por su parte, el jefe de Sección de Microbiología del Hospital Puerta del Mar de Cádiz, Manuel Rodríguez, estableció que “la llegada de las técnicas moleculares abre un campo y supone un cambio clave en los sistemas de cribado”. Según él, el papel de detección del virus en el cribado primario “es aún discutible y todavía existen posturas encontradas”.

Así, explicó que existen “técnicas que dan una especificidad analítica y otras que ofrecen una especificidad clínica”. De esta manera, se examina el método es más efectivo en cada caso. En este sentido, Sanjosé afirmó que “la ciencia dice que la citología ha sido buena, pero hay otros elementos de diagnóstico predictivo que pueden mejorar la prevención”.

Otro punto destacado en la reunión fue la importancia de encontrar un marcador pronóstico.