Según un documento de trabajo al que ha tenido acceso EG, el listado provisional elaborado de los DH afectaría a 61 principios activos

La lista supera la perspectiva economicista y amenaza con abrir un cisma competencial entre oficinas de farmacia y farmacias de hospital

| 2010-07-09T16:55:00+02:00 h |

Farmaindustria nunca se ha opuesto a algo previsto en la ley. Esto incluye el listado de los DH, sobre todo porque coincide con la petición del sector de acabar con la variabilidad y las diferencias entre autonomías respecto al acceso de los fármacos al mercado. Pero sí pide a la Administración transparencia y posibilidad de diálogo.

Según los 61 principios activos incluidos en el listado, serán 28 las compañías que verán cambiar su modelo de negocio. En algunos casos, la decisión puede lesionar los intereses de las empresas. Por ello, Farmaindustria solicita por que se les permita presentar alegaciones sobre la incorporación de sus productos al ámbito hospitalario. Para empezar, los pagos de los hospitales están diferidos en el tiempo de una manera considerable. Más allá, según explica Emili Esteve, director técnico de la patronal, puede que una compañía que no tenga experiencia en el negocio hospitalario se encuentre con un producto en este ámbito; o que se generen problemas relacionados con unos productos cuyo precio se negoció porque iba a estar en las farmacias, y no en los hospitales.

Cambios en el modelo de negocio de las empresas

c. r. / C. A. / a. d.

Madrid

El listado de medicamentos de diagnóstico hospitalario (DH) que dejarán de dispensarse en las farmacias para hacerlo en las hospitalarias, tal y como se recogía en el Real Decreto Ley 4/2010, incluye 61 principios activos. Al menos así consta en la versión del documento que las comunidades autónomas manejaban hace poco más de una semana, al que ha tenido acceso EG. El documento no es ni mucho menos definitivo. Quienes trabajan en él, el ministerio y las consejerías de Sanidad, todavía lo ven muy verde. No obstante, deja claras algunas cosas para el sector: más allá de las evidentes implicaciones económicas, supone un cheque en blanco para futuras salidas que pueden abrir un cisma competencial entre las oficinas de farmacia y los farmacéuticos hospitalarios.

A estas alturas, la Dirección General de Farmacia estudia las diferentes propuestas de las comunidades autónomas. Y aunque la intención de algunas de ellas es tener la lista cerrada durante este mes de julio, el proceso podría demorarse hasta finales de año, ya que según algunas fuentes, el listado no sería definitivo hasta septiembre u octubre. Por otro lado, se confirma además que tampoco habrá una norma legislativa que publique toda la lista de productos afectados, sino que se harán procedimientos individuales con las compañías, a las que les será permitido presentar alegaciones antes de la resolución final.

¿Justificación sanitaria?

Oficialmente, el listado nace con la intención de homogeneizar la situación que se creó tras la decisión unilateral de varias comunidades de sacar de la farmacia, por razones sanitarias, diversos medicamentos para su dispensación hospitalaria. Pero extraoficialmente, el carácter económico del listado no pasa desapercibido. “Sin ese perfil económico, seguramente estos fármacos no se habrían incluido en el ámbito de la dispensación hospitalaria”, reconoce José Luis Poveda, presidente de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH).

Bien es cierto que no todos son fármacos caros. Algunos rondan los 30 euros. Y en el caso de las especialidades caras, “el beneficio para la farmacia es nulo y antepone la economía a la profesionalidad del farmacéutico”, asegura Ana Aliaga, secretaria general del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos.

A la perspectiva economicista del listado se une el carácter de algunos de los principios activos incluidos, que incluye desde medicamentos oncológicos de uso ambulatorio hasta estimulantes de la ovulación que no están calificados como de DH. Otros de los tratamientos incluidos también son de fuera del ámbito hospitalario y, por su vía de administración (en algunos casos oral y en otros subcutánea) no presentan, a juicio del Consejo General una dificultad especial en su administración. Incluirlos en esta lista lo único que hace, para Aliaga, es “entorpecer a los pacientes”.

FEFE comparte el rechazo a sacar de la farmacia los DH. “Hablamos de fármacos para el sida y similares, no para todo lo que salga caro”, dice su presidente, Fernando Redondo. El gran problema, sin embargo, no es la lista en sí, que esta patronal considera “relativamente corta”: es que deja la puerta abierta a un número indeterminado de incorporaciones. Ahí está el problema.

Competencias

La perspectiva economicista de la lista es, de hecho, superada tanto en los razonamientos de FEFE como de la SEFH, si bien por razones diferentes bajo las cuales subyace un conflicto competencial entre farmacéuticos. “No es una cuestión de rentabilidad o no. De hecho, en algún caso puede ser hasta conveniente no tener alguno de esos productos en la oficina de farmacia. Se trata de quitar a la farmacia una competencia a la que no estamos dispuestos a renunciar”, dice Redondo.

Poveda muestra la otra cara de la moneda. “Preferimos abordar la mejora y el seguimiento de los pacientes desde el punto de vista del aumento de competencias y la integración del farmacéutico de hospital en los equipos multidisciplinares”, asegura, a pesar de las consecuencias que va a tener para el colectivo esta medida. Los datos que maneja la SEFH indican que, en las comunidades que han incorporado alguno de estos fármacos, las farmacias hospitalarias han pasado de atender de 5.000 a 7.000 pacientes. “Han supuesto un importante aumento, que podemos cifrar en el 30 ó 40 por ciento según hablemos de número de dispensaciones o número de pacientes”, añade Poveda.

La SEFH cree por ello que las comunidades deberían habilitar procedimientos para mejorar las estructuras de los servicios de farmacia hospitalaria, y aumentar asimismo el número de farmacéuticos de hospital.