J. Ruiz-Tagle Madrid | viernes, 26 de febrero de 2016 h |

Apenas unas horas pasaron entre la rúbrica del ‘acuerdo legislativo’ entre Sánchez y Rivera y el suicidio del primero de cara a la sesión de investidura. Ante la negativa del Partido Popular a cualquier tipo de acuerdo que incluya al líder socialista como presidenciable, Sánchez trató de encauzar las negociaciones mirando a su izquierda. Gracias a la mediación de Alberto Garzón y Compromís, el equipo negociador del PSOE consiguió sentar a la mesa al séquito de Pablo Iglesias para tratar de labrar su abstención. Sin embargo, fue la propia firma del acuerdo la que sepultó cualquier posibilidad de que esta semana Pedro Sánchez sea investido.

Una de las víctimas del desencuentro político es la sanidad. Las propuestas del documento de ambos partidos, a pesar de ser vagas en muchos aspectos, tampoco incluían ningún dislate que pudiera romper las relaciones entre los partidos políticos. Pero como en recientes ocasiones, las cuestiones económicas y políticas se han impuesto a las sanitarias. Podemos está a favor de la universalidad de la cobertura del Sistema Nacional de Salud y de recuperar la tarjeta sanitaria en los plazos anteriores al Real Decreto-ley 16/2012. Sin embargo, la decisión del PSOE de ceder ante Ciudadanos en el modo de llevar a cabo esa universalidad (los extranjeros no empadronados solo tendrán acceso a las urgencias por enfermedad grave o accidente) ha bajado del barco a la formación de Pablo Iglesias.

Además, horas después de la rúbrica del pacto de legislatura, el portavoz en el Congreso de Podemos, Iñigo Errejón, criticaba a los socialistas por “no haberse enfrentado al copago farmacéutico”. El documento firmado por Sánchez y Rivera asegura que se garantizará que el copago no sea una barrera de acceso, en especial para personas en situación de especial vulnerabilidad, una sentencia algo ambigua que el líder del PSOE matizó asegurando que “los pensionistas no pagarían por sus medicamentos”. El portavoz de Sanidad socialista en el Senado, José Martínez Olmos, añadió que el documento deja espacio para que se puedan incorporar otros colectivos. Del mismo modo, el portavoz de Ciudadanos, Francisco Igea, también detalló que “el criterio fundamental será la renta aunque se estudiarán casos concretos para colectivos en situación de dependencia”.

Otro de los puntos acordados entre ambas formaciones es el de desarrollar una política de eficiencia y ahorro en el gasto farmacéutico. El objetivo de los dos partidos es que se acuerde una política común de contención dentro del seno del Consejo Interterritorial, cuyo papel se quiere reforzar sin aclarar si las decisiones serán vinculantes. Así, el PSOE no renuncia totalmente a medidas expuestas en el documento presentado hace dos semanas como la unidosis o las subastas, pero tampoco las impondrá. “Lo que se busca es el consenso autonómico para establecer una política a nivel nacional dentro del Interterritorial. Ahí será donde se decidan todas las posibilidades”, explicó Olmos. Por su parte, Igea señaló algunas de las preferencias de su formación. “Política de genéricos y biosimilares y una nueva política de evaluación de nuevos medicamentos que exija beneficio terapéutico probado frente al gold standard”, apuntó.

Dentro de la política de gasto y precio de los medicamentos, tanto el PSOE como Ciudadanos quieren impulsar la modalidad de las centrales de compras, si bien el documento advierte de que será totalmente voluntario para las comunidades autónomas. Asimismo, para aquellas terapias innovadoras que a pesar de su eficacia terapéutica supongan un alto impacto económico sobre los Presupuestos Generales del Estado, PSOE y Ciudadanos quieren promover negociaciones con la industria en el marco del Consejo de Ministros de Sanidad de la Unión Europea. El objetivo no es otro que conseguir descuentos por volumen de compra.

¿Otro enemigo al acuerdo?

El pacto entre Ciudadanos y el PSOE puede sumar otro enemigo: los militantes socialistas. Si bien el PP y Podemos ya han anunciado que el debate de investidura se resolverá con la cifra insuficiente de 130 diputados a favor, Sánchez podría tener enfrente también a los miembros de su propio partido si en el referéndum interno el acuerdo no consigue el respaldo. Una situación que si bien no cambia lo importante (la formación de gobierno) sí que podría variar el rumbo de las negociaciones.

Ante el fallido intento (salvo sorpresa mayúscula) de Sánchez para alcanzar un gobierno, se abre un periodo de dos meses para tratar desencallar la situación antes de la convocatoria de nuevas elecciones, programadas para el 26 de junio. Durante ese periodo, Sánchez tendrá de nuevo la oportunidad de seducir a Podemos. “Nuestra mano sigue tendida para conformar un gobierno plural y de cambio al servicio de los españoles que peor lo han pasado durante los años más injustos de la crisis”, adelantó Errejón. Un revés de los militantes socialistas al actual acuerdo podría facilitar esta confluencia.

Restablecer la universalidad de la cobertura del SNS. Salvo extranjeros que no estén empadronados.

Reforzar el papel del consejo Interterritorial. El documento no aclara si los acuerdos en este seno serán vinculantes.

Desarrollar una política de eficiencia y ahorro en el gasto farmacéutico. Se busca promover las negociaciones con la industria a nivel europeo.

Garantizar que el copago no sea una barrera de acceso. Pedro Sánchez avanzó que los pensionistas no pagarán por sus tratamientos

Incrementar la compra centralizada. La adhesión por parte de las comunidades será voluntaria.

La farmacia participará en programas preventivos. Se recuerda el apoyo al modelo.