| viernes, 22 de julio de 2016 h |

Un total de 304 deportistas españoles—bien en modalidades individuales o conjuntas— han conseguido plaza para participar en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro (Brasil) que se celebrarán del 5 al 21 de agosto. Pero no será este el único equipo con el que la delegación española viaja a la ciudad carioca. Junto a ellos también desembarcará otra expedición formada por medio centenar de profesionales médicos. Y con ellos también un ‘equipo’ sanitario de instrumental tecnológico y kilos de medicamentos, con el objetivo de que los deportistas, los verdaderos protagonistas de la cita, aspiren a todo en los Juegos de la XXXI Olimpiada. EG ha querido analizar el marco sanitario que rodea al mayor evento deportivo a nivel mundial.

Rosario Ureña, miembro de la Comisión Médica del Comité Olímpico Español (COE), será una de las coordinadoras del equipo médico español en Río, que se compone de otros dos facultativos del COE, once médicos aportados por las distintas federaciones deportivas nacionales y otro conjunto de profesionales —como apoyo en determinadas disciplinas o parte del staff propio de los deportistas— “que no pueden vivir en la Villa Olímpica” resalta Ureña a EG como una de las diferencias con la expedición ‘oficial’. También viajan a Río 32 fisioterapeutas y un podólogo.

Aquellos que se muevan en la Villa Olímpica —entre los que se encuentran médicos del Deporte, traumatólogos y médicos de Familia como Ureña— también han tenido que conseguir, como los deportistas, su particular ‘clasificación’ para Río. Y es que más allá de los trámites habituales en cada JJ.OO. para acreditarse —como por ejemplo enviar un certificado de su colegio confirmando que no tienen abiertos expedientes en su país de ejercicio— por primera vez en una cita olímpica los facultativos “hemos tenido que realizar, y aprobar, un examen sobre normativa antidopaje”, confirma esta miembro del COE.

La farmacia ‘olímpica’

Como ocurre con los atletas, una cita olímpica también requiere una exhaustiva preparación previa para el equipo médico. En especial, en lo que respecta a los trámites para la entrada en el país anfitrión de todo el material sanitario con el que irán acompañados.

Por ejemplo, respecto a los medicamentos, con meses de antelación se debe enviar al comité organizador una “declaración” de los productos con los que viajará cada delegación y en la que deben figurar de forma pormenorizada datos como fechas de caducidad, número de envases e incluso el PVP de cada fármaco en el país de procedencia. Amén de medicamentos para patologías básicas, en el ‘kit’ español también viajarán fármacos para tratar afecciones del aparato locomotor, respiratorio (como bronquitis), cardiología, etc. Como ‘novedad’ en esta cita, y al margen de las precauciones a tomar por el virus del Zika (ver información de apoyo), al celebrarse en un país tropical donde pueden ser frecuentes las afecciones digestivas, también se acudirá con una buena cantidad de antidiarreicos. Mientras, aquellos deportistas que tienen prescritos tratamientos específicos “tienen que llevarlos ellos por su propia cuenta”, concreta la responsable médico del COE. Es el caso, por ejemplo, de los diabéticos con su insulina. Asimismo, todos los medicamentos llevados a Río que no se empleen durante los Juegos deben volver obligatoriamente de vuelta a España.

Si no ‘viajan’ más medicamentos se debe a que no es necesario. El Comité Olímpico Internacional y el comité organizador de Río 2016 ponen a disposición una “guía farmacéutica” compuesta por cientos de medicamentos que se pueden adquirir de forma gratuita en la propia Villa según las necesidades que marque la competición. Para ello ella se habilita una instalación a modo de farmacia ‘olímpica’.

En el caso de que un deportista necesite un medicamento de los que figura en dicha guía farmacéutica, cualquiera de los médicos acreditados puede hacer la petición al comité medico de la organización, el cual le facilitará el tratamiento de forma gratuita “y siempre para periodos máximos de una semana”, revela Ureña. Mientras, si el fármaco requerido no figura en ese listado, será un facultativo del comité organizador el que realizará la prescripción —nunca un médico de las delegaciones, al no estar capacitados para ello—. La propia organización se encargará también de adquirirlo, bien en una farmacia de la ciudad o en algún otro proveedor. Para esta situación, la delegación en cuestión sí se debe abonar el importe del medicamento.

La profesionalidad del deportista

Por su condición de profesionales y participantes habituales en competiciones internacionales, Ureña corrobora que los deportistas españoles que competirán en Río conocen las pautas básicas de comportamiento respecto al consumo, tenencia o adquisición de medicamentos en países foráneos (amén de la obligación de conocer el listado de sustancias prohibidas por la Agencia Mundial Antidopaje). No obstante, como refuerzo, “tanto desde el COE como desde sus federaciones les hemos ofrecido unas recomendaciones de manejo de las medicinas e insistimos en que, ante cualquier sintomatología, lo pongan en conocimiento de los médicos”, indica Manuela González, otra de las facultativas del COE que acudirán a Brasil.

No solo de medicamentos se compone el ‘kit’ sanitario del equipo médico español. La bodega del avión que les trasladará a Río también portará equipos de electroterapia, presoterapia, equipos láser, diatermia… El resto de equipos necesarios para el tratamiento y recuperación de los deportistas son facilitados por la organización, como ocurre con los medicamentos.

Así, a partir del 5 de agosto, se inician 19 días de competición que ponen en juego medallas en 306 pruebas de 42 modalidades deportivas. Será el momento de decir aquello de “que gane el mejor”. Una premisa en la que cuenta mucho la técnica… Tanto como la buena salud. En esto último, la delegación española está preparada.

No cabe duda que una de las polémicas que viene salpicando en estos meses previos a a la celebración de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 es el temor al virus del Zika y los posibles contagios por deportistas y aficionados que asistan a Brasil. Aunque desde las autoridades sanitarias y locales se ha lanzado un mensaje de calma e incluso la Organización Mundial de la Salud ha difundido un decálogo de recomendaciones para evitar —o minimizar—los riesgos de contagio, esta cuestión ha provocado el rechazo de algunos deportistas a competir en Río (en el caso de España, uno de nuestros deportistas estandartes, como es Pau Gasol, llegó a manifestar públicamente sus dudas sobre su presencia en la cita, si bien finalmente sí acudirá). No obstante, tanto el Gobierno brasileño, Comité Organizador y las delegaciones nacionales están poniendo todo de su parte para evitar riesgos. Por ejemplo, en el caso del Comité Olímpico Español, el pasado mes de junio firmaba un acuerdo con Omega Pharma para suministrar su repelente antimosquitos (Relec) como parte del equipamiento sanitario que desplazará la delegación nacional a la ciudad carioca. Esta medida a título nacional se complementa con los protocolos establecidos para la Villa Olímpica, en la que convivirán más de 10.000 deportistas. Según confirma a EG Manuela González, miembro de la Comisión Médica del COE que estará presente en Río, a cada residente en la Villa Olímpica se le hará entrega de un repelente para su uso personal —igual que tienen acceso a otros productos como preservativos), mientras que también habrá acceso a repelentes en las zonas comunes de la Villa y en los recintos donde se desarrollen las 306 pruebas que conforman la competición.