carlos b. rodríguez Madrid | viernes, 25 de septiembre de 2015 h |

La crisis de la financiación de la innovación tiene nombre propio en Reino Unido: el Fondo de Medicamentos contra el Cáncer. Una iniciativa que ha obtenido buenos resultados en materia de acceso pero que con el tiempo se ha hecho presupuestariamente insostenible. Tanto, que este instrumento finalizará el año 2015 igual que lo empezó: excluyendo indicaciones del listado (concretamente 23, que afectan a 17 medicamentos), como preámbulo de un cambio más profundo en el modelo de financiación de la innovación que podría llegar en los próximos años.

El Fondo nació en octubre de 2010 dotado con 968 millones de libras para toda su vida útil, que estaba previsto que acabara en marzo de 2014. Durante ese tiempo, el gobierno trabajaría en un mecanismo a largo plazo que garantizara el acceso de los pacientes a las innovaciones que necesitaran (el hasta la fecha malogrado Value-Based Pricing, o VBP). Los males comenzaron en 2013. Ante los problemas que presentaba llevar a buen puerto el sistema de precio basado en el valor, el gobierno se vio forzado a ampliar la duración del Fondo hasta marzo de 2016, aumentando también su presupuesto global hasta los 1.027 millones de libras. Pero si hasta entonces la asignación anual habían sido infrautilizada, el gasto comenzó a extralimitarse. Entre 2013 y 2015 lo hizo un 35 por ciento, lo que obligó al Ejecutivo a dotarlo de otros 241 millones de libras, un incremento del 138 por ciento sobre la cifra inicial. Más de la mitad de ese crecimiento se debió a un aumento del coste medio del tratamiento por paciente y el resto al mayor número de pacientes (ver gráfica).

La primera exclusión de indicaciones adoptada en marzo de 2015 se enmarcó en el intento de frenar este gasto expansivo del Fondo. Fue acompañada además de una estrategia de descuentos por parte de las compañías farmacéuticas. El gobierno estimó que ambas acciones generarían un ahorro de 80 millones de libras hasta marzo de 2016, pero muy pronto los ahorros reales demostraron ser inferiores a los previstos. En julio de 2015, el ministerio estimaba que, para cuando el Fondo llegara a su fin, se habría extralimitado del presupuesto en otros 70 millones. Este es el origen de la segunda exclusión, que entrará en vigor el próximo 4 de noviembre. A pesar de ello, las cuentas no salen. Sanidad no cree que para marzo del año próximo el coste global del Fondo se haya ajustado al presupuesto.

¿Cuál es el futuro del Fondo?

Desde hace tiempo, todo el sector sanitario y farmacéutico viene señalando que el Fondo de Medicamentos contra el Cáncer es un mecanismo insostenible que necesita ser reformado. Lo apunta también el Tribunal de Cuentas de Reino Unido, en un reciente informe monográfico sobre esta herramienta.El Ejecutivo ha aceptado la recomendación y propone reconvertirlo en un Fondo ‘de acceso restringido’, sostenido por unos criterios más claros de inclusión y exclusión de los medicamentos.

Según el diseño planteado, el Fondo pagaría todo nuevo medicamento prometedor durante un periodo previo a que el Instituto Nacional para Salud y Excelencia Clínica (NICE) decida si dicho fármaco debe o no ser recomendado. El gobierno cree que esto permitiría acumular una mayor evidencia de los medicamentos en la práctica que podría servir para apoyar las decisiones del NICE. La propuesta, que será sometida a consulta en otoño con vistas a aplicarse desde el 1 de abril de 2016, implica que el Fondo cortaría el grifo a todos los medicamentos que no reciban recomendación positiva del instituto.

Un cambio mucho mayor

Pero el cambio programado en el Fondo de Medicamentos contra el Cáncer será solo la primera piedra de una estrategia mucho más amplia. El proceso que durante años ha liderado el gobierno británico para explorar diferentes oportunidades que permitan mejorar el acceso de los pacientes a las innovaciones (no sólo las oncológicas) y tecnologías médicas considera también revisar la estructura actual de precios.

Aunque el Value-Based Pricing no ha podido ponerse en marcha por diferencias con el sector, el Ejecutivo no ha renunciado a la idea. En su ausencia, en 2013 se decidió prorrogar hasta 2018 el esquema practicado desde hace más de medio siglo, el Pharmaceutical Price Regulation Scheme (PPRS), que rige los precios de los fármacos en función de los beneficios de las compañías que voluntariamente quieran adherirse a él. La prórroga fue acompañada de una adenda que evita que el Fondo de Medicamentos contra el Cáncer juegue en contra del sector. Es decir, que si el Fondo finaliza los ejercicios gastando más de lo presupuestado, como está previsto que ocurra, las compañías no tendrán que hacer devoluciones adicionales al Gobierno.

Pero este reciente cambio no será el único. El Ministerio ha lanzado ya otra consulta para modificar el sistema anejo al PPRS. Al ser éste un esquema voluntario, el Gobierno también aplica una disposición obligatoria, cuyo objetivo es conseguir límites similares a los del PPRS en el precio de los fármacos de marca suministrados por las compañías que no están adheridas al mecanismo voluntario. La idea del Ministerio de Sanidad es conseguir un marco único, donde el nuevo PPRS, el Fondo de Medicamentos contra el Cáncer, las evaluaciones del NICE y el Value-Based Pricing puedan integrarse en un solo sistema. Mientras, la revisión del Fondo continuará, puesto que la idea a largo plazo es que no sólo sirva para financiar y facilitar el acceso a los fármacos oncológicos, sino también a innovaciones en otros campos.

Una carrera complicada

El Ejecutivo británico tiene mucho trabajo por delante si lo que quiere es sacar adelante el nuevo marco con consenso. En principio, ninguna de las medidas anunciadas es del gusto de la industria innovadora. Pese a considerar que el Fondo es “insostenible”, ABPI calificó de “extremadamente decepcionante” la desfinanciación de nuevas indicaciones, que a su juicio va en contra de la propia filosofía del mecanismo: hacer accesibles las innovaciones a los pacientes. Asimimo, se hizo eco del balance publicado por el Tribunal de Cuentas, cuyos datos indican que aunque el acceso a los fármacos oncológicos ha mejorado, Reino Unido sigue por debajo de la media de otros países.

ABPI asegura que la industria está cumpliendo sus compromisos, devolviendo dinero al sistema, y reclama a cambio medidas a largo plazo que garanticen la sostenibilidad y la predictibilidad, algo que a su juicio no ofrece la nueva consulta sobre el PPRS. Hace menos de un año que el sector tuvo que hacer aportaciones a este esquema, y los nuevos planes agudizan su preocupación. ABPI teme que indirectamente se estén lanzando mensajes negativos sobre la capacidad de Reino Unido de financiar la innovación y garantizar el acceso, instalando la inestabilidad en el hasta ahora predecible mercado farmacéutico británico.

968

millones de libras.

Es el coste total del Fondo desde octubre de 2010 hasta marzo de 2015. La cifra es significativamente más alta que el presupuesto con el que fue dotado inicialmente este mecanismo: 650 millones.

48

por ciento.

Este porcentaje determina el sobrecoste del Fondo hasta marzo de 2015. No tiene en cuenta el crédito extra aprobado en 2013, que prevé un gasto de 1.027 millones de libras hasta marzo de 2016.

El Gobierno ha aceptado la recomendación del sector y planea cambiar el Fondo de Fármacos contra el Cáncer

Reino Unido quiere conseguir un sistema único, donde el nuevo PPRS, el Fondo, el NICE y el VBP estén integrados