carlos b. rodríguez Madrid | viernes, 02 de marzo de 2012 h |

Las decisiones de precio y reembolso deberán tomarse en 120 días para los innovadores y en 30 para los genéricos

En el futuro las decisiones de precios y reembolso de los medicamentos deberán tomarse en 120 días para los medicamentos innovadores y en 30 para los genéricos, en lugar de los 180 actuales. Así consta en la propuesta de revisión sobre la Directiva de Transparencia de la Comisión Europea, una propuesta que, según el comisario de Industria, Antonio Tajani, ahorrará y mejorará la competitividad de la industria farmacéutica, aunque para la patronal innovadora europea, Efpia, no incentiva ni recompensa la innovación de manera suficiente.

Esta revisión de la Directiva de Transparencia es un fleco de la investigación sobre supuestas prácticas anticompetitivas que se puso en marcha dentro del sector farmacéutico. Durante el proceso, la Comisión Europea constató las enormes diferencias que la complejidad de las medidas nacionales había introducido en la fijación de precios y reembolsos, y que derivaban en una reducción de la transparencia de las decisiones y un aumento de la inseguridad jurídica para el sector. Su conclusión es clara: hay que acelerar los tiempos que los medicamentos tardan en llegar al mercado.

Entre los países europeos, las demoras se han llegado a extender a 700 días, en el caso de los innovadores, y 250 para los genéricos. Los nuevos tiempos límite se han establecido con el objetivo por lo tanto de encontrar un balance entre la doble necesidad de los estados de evaluar los fármacos innovadores que deben financiar y de conseguir ahorros rápidos mediante la incorporación más temprana de los genéricos; el objetivo de las compañías innovadoras de recuperar los costes de sus procesos de I+D+i; y la necesidad de los pacientes de acceder a los medicamentos lo más rápido posible. Estos objetivos no han evitado hasta ahora que los estados rebasen los plazos con frecuencia. Para evitarlo, la futura directiva propone también medidas coercitivas (ver tabla).

Otros cambios prevén nuevas obligaciones para los países, que deberán informar regularmente sobre los tiempos que tardan en adoptar sus decisiones y sobre los mecanismos que utilizan para ello. Además, en línea con lo que pedía el sector de los genéricos, se prohíbe a los países acogerse a los derechos de propiedad intelectual para rechazar, suspender o revocar decisiones sobre el precio y reembolso de algún producto.

Por otro lado, se introducen medidas para dar claridad legal y consistencia a las decisiones estatales con la jurisprudencia del Tribunal de Luxemburgo, y se clarifican las incertidumbres sobre procedimientos innovadores en la toma de decisiones. En este sentido, Bruselas excluye del ámbito de la directiva las subastas y los acuerdos a los que puede llegar una administración con una compañía para dar precio y reembolso a un medicamento innovador.

Innovadores y genéricos

La industria se divide al solicitar de la directiva rumbos que potencien el sector. Por la parte de los genéricos, la EGA ve una oportunidad para implementar algunas de las recomendaciones aportadas durante la investigación al sector y evitar bloqueos y retrasos en la entrada de estos medicamentos.

La Efpia, en cambio, cree que hace falta acelerar el acceso de la innovación al paciente. La patronal carga contra la práctica de utilizar los precios internacionales para fijar sus precios. Este mecanismo, según Richard Bergström, director general de la Efpia, “previene diferencias de precio entre mercados”, mientras que en otros países “no solo se acepta sino que dan la bienvenida” a que las compañías establezcan menores precios en países de ingresos medios y bajos. “En Europa, el acceso a los medicamentos podría mejorar si los gobiernos adoptaran la posibilidad de establecer precios distintos”, añade la Efpia.

La Comisión Europea excluye las subastas del ámbito de aplicación de la revisión de la Directiva de Transparencia

La postura de Efpia en relación a los precios de referencia internacionales cobra especial relevancia en tiempos de crisis económica. Para la patronal, el foco que los Estados miembro ponen en esta táctica para fijar sus precios no solamente amenaza la capacidad innovadora del sector farmacéutico a largo plazo, sino que también puede suponer una amenaza para el acceso de los pacientes a los medicamentos.

El caso de Grecia, abocada a recortar su gasto farmacéutico en aproximadamente 1.300 millones de euros para poder acceder a su segundo salvamento europeo, podría tener consecuencias dramáticas más allá de sus fronteras. El ‘efecto Grecia’, dice Richard Bergström, director general de la Efpia, podría llevar “a recortes de precios automáticos y arbitrarios en otros 15 Estados miembro”.