carlos b. rodríguez Madrid | viernes, 09 de noviembre de 2012 h |

Con su llegada a Madrid, el euro por receta ha destapado la caja de los truenos. Más allá de si se trata o no de una media idónea, justa o necesaria, la repercusión del anuncio del presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, de seguir los pasos de Artur Mas ha puesto en cuarentena la unanimidad de las comunidades autónomas del PP en el Consejo Interterritorial y provocado un auténtico pulso entre el gobierno regional y el estatal que, de no acabar en acuerdo, terminará con un recurso ante el Tribunal Constitucional.

La decisión de Madrid de importar este impuesto refleja, en primer lugar, que las necesidades financieras empiezan a apremiar a las comunidades autónomas por encima de su color político. El euro por receta madrileño no ha llamado tanto la atención por la medida en sí como por el hecho de que quien lo ha propuesto ha sido una comunidad gobernada por el PP, formación que en Cataluña se presenta a las elecciones con la promesa concreta de acabar con la tasa farmacéutica.

La opción del PP catalán de “respetar” la decisión de Madrid mientras continúa exigiendo a Artur Mas que suprima el impuesto en Cataluña es un reflejo de lo que ocurre en el resto de las comunidades autónomas gobernadas por el PP, donde la diversidad manda. La presidenta de Castilla-La Mancha, Dolores de Cospedal, y los consejeros de Sanidad de Murcia y Castilla y León, Ángeles Palacios y Antonio María Sáez, han rechazado la medida; el presidente de Cantabria, Ignacio Diego, no descarta ponerla en marcha “cuando sea necesario”; la Xunta de Galicia solo lo cobrará si es el resultado de un pacto con el Gobierno central…

El debate ha llegado a las más altas esferas del Ejecutivo. Primero fue la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, la que, tras conocer la apuesta de Madrid, hizo saber que el euro por receta no es el modelo del Gobierno para la sostenibilidad del sistema sanitario. La semana pasada lo confirmó el presidente, Mariano Rajoy. “A mí no me gusta el euro por receta. Quiero un sistema sanitario en el que todo el mundo sea tratado igual. Hemos tomado la decisión, de acuerdo con las comunidades, de que todo el mundo pague en farmacia una pequeña cantidad, porque eso es un ahorro para el contribuyente. Su dinero se usa mejor. Lo que no se puede es sumar a eso, en mi opinión, un euro por receta, porque entonces se paga dos veces”, explicó en una entrevista concedida a la Cadena Cope.

Tiempo de descuento

La apuesta del Gobierno es clara: anteponer los términos del Real Decreto-ley 16/2012 que, con el fin de garantizar el derecho a la prestación farmacéutica en condiciones de igualdad, impide a las comunidades autónomas “establecer, de forma unilateral, reservas singulares específicas de prescripción, dispensación y financiación de fármacos o productos sanitarios”. Tales excepciones son posibles, pero solo en el seno de la Comisión Permanente de Farmacia y en razón de las propias particularidades autonómicas.

Tener a todo el partido en contra, ya que también el portavoz del PP en el Congreso, Alfonso Alonso, ha rechazado la tasa, no ha movido un ápice la postura del gobierno regional. Según González, la tasa no es “un órdago” por no haber recibido los 1.000 millones que Madrid reclama de la financiación autonómica, sino que responde a un escenario de ajuste de gasto público y al compromiso de no subir los impuestos. En su defensa de la tasa farmacéutica también salió la ex presidenta de la comunidad, Esperanza Aguirre,

En Cataluña, la vía de negociación abierta para que la Generalitat derogue el euro por receta en 2013 finaliza en diciembre. En Madrid, el diálogo con el Gobierno central se iniciará cuando la medida sea aprobada por la Asamblea y entre en vigor, a partir del próximo 1 de enero, según dijo el consejero de Presidencia y Justicia y portavoz de la Comunidad de Madrid, Salvador Victoria.

Madrid no solo tiene en contra la opinión de Moncloa y de todos los partidos de la oposición en la Asamblea regional. Además, y pese a los esfuerzos por desligar esta medida de todo carácter economicista, el presidente madrileño, Ignacio González, y su equipo van a tener muy difícil convencer a la opinión pública, en torno a la cual circula desde hace varios días una “guía fácil” para no pagar el euro por receta. El colectivo 15M ha sido el encargado de distribuir este manual de insumisión que en su día elaboró el colectivo catalán Dempeus per la Salut pública para oponerse a la tasa en Cataluña.

Si se toma como primer paso la idea de que el euro por receta implica pagar dos veces por los medicamentos, el documento indica a la población que para no pagar esta tasa solo es necesario la receta, el DNI, una fotocopia y la tarjeta sanitaria. El siguiente paso es ir a la farmacia y comunicar que no se quiere abonar el impuesto. Los autores del documento subrayan que “en ningún caso” actúan contra los farmacéuticos, “sino contra su actuación obligada como recaudadores”. En ese momento, el boticario entregará al ciudadano, junto con los medicamentos, un formulario que hay que rellenar.