El Grupo Europeo de la Profesión Farmacéutica (PGEU) ha dado su visto bueno a la inclusión de la Farmacia como una de las titulaciones afectadas por el Plan de Bolonia, un respaldo que compensa en parte los palos que está recibiendo esta iniciativa por parte, principalmente, del colectivo estudiantil. Puestos a pedir, siempre es preferible que las opiniones positivas sobre un cambio de estas magnitudes provengan de aquellos ya inmersos en la vida laboral de este sector, en cuanto a que ya conocen los fallos o necesidades de este mercado laboral y por tanto, opinan con “conocimiento de causa”.
Dice la PGEU, a través de un documento de consenso elaborado con motivo de su Asamblea General del pasado 10 de marzo, que, en la mayor y mejor movilidad de nuevos profesionales que persigue como uno de sus objetivos este plan, varios países encontrarán la solución al “grave” déficit de farmacéuticos que presentan dentro de sus fronteras (Inglaterra, Irlanda y Noruega, entre otros), y al que se han visto abocados debido al espectacular aumento de farmacias en los últimos años. Un aumento que nunca debe ser mal recibido en pro de la salud de la población, siempre que estén bien repartidas. Dice también la PGEU que, gracias a la armonización de estudios a nivel europeo a los que obliga esta reestructuración formativa, Europa no tendrá así farmacéuticos de primera y segunda división, aunque no concreta si son palpables estos niveles a día de hoy, por lo que cualquier turista europeo será igual de bien atendido tanto en una botica del levante español como en una de la región alemana de Baviera.
En definitiva, dice la PGEU, conocedores de primera mano del nivel actual de la profesión, que el Plan Bolonia romperá barreras y que sólo traerá consecuencias positivas para el sector farmacéutico. Si ellos lo dicen, ¡un brindis por Bolonia!
