| viernes, 15 de julio de 2011 h |

María Jesús Montero

Ángel o demonio. Estas son las dos visiones que el sector del medicamento tiene de la consejera de Salud andaluza. Y la imagen de ángel es por el guiño que ha hecho a los farmacéuticos rurales en el proyecto de decreto que pondrá en marcha las subastas de medicamentos en Andalucía. Un 10 por ciento del ahorro que genere irá a parar a tratar de mantener a la necesaria farmacia rural andaluza. Este interés repentino por la farmacia rural es de agradecer, pero también es cierto que hay formas y formas. Y las formas derivadas de este decreto, que ha sido rechazado por el resto de agentes del sector, no son las más adecuadas. Si se quiere ayudar a la farmacia rural se puede hacer sin que ello implique perjudicar, por ejemplo, a la industria.