Redacción Madrid | viernes, 20 de abril de 2012 h |

La presencia de factores de riesgo cardiovasculares (FRCV) como hipertensión arterial, tabaquismo, diabetes, hipercolesterolemia o antecedentes familiares es inferior entre las mujeres médicos con menos años de 16 años de experiencia, aunque éstas aseguran tener más dificultades en desarrollar hábitos saludables.

Según los resultados de un subanálisis del estudio CHABS (Cardiovascular Health And Behaviors Survey) —que evalúa la salud cardiovascular en el entorno sociosanitario y las conductas preventivas de los médicos de primaria de los servicios regionales de salud de toda España—, sólo el 39,6 por ciento de las 710 médicos con menos de 16 años de experiencia encuestadas en esta submuestra declaró tener un estilo de vida saludable, mientras que un 23 por ciento reconoció dos o más hábitos no saludables, una cifra por encima del total y significativamente más alta que entre las médicas con más experiencia profesional.

Pese a que el 90,2 por ciento de ellas considera tener un estado de salud bueno o muy bueno, un 18,6 por ciento ha visto limitadas sus actividades habituales por alguna enfermedad durante el último año y un 38,3 por ciento reconoce que sus prácticas preventivas en materia de salud cardiovascular son regulares o malas, aunque cuando las comparan con las de sus propios pacientes las califican de mejores o mucho mejores.

Los datos del informe señalan que el factor de riesgo cardiovascular más común son los antecedentes familiares junto con un 12,3 por ciento que apunta al tabaquismo como uno de sus FRCV —pese a que fuma el 15,4 por ciento—, presentando cifras muy bajas la hipertensión arterial, la hipercolesterolemia y la diabetes.

Descanso insuficiente

Sí consideran difícil o muy difícil seguir una dieta (32,2 por ciento) y practicar ejercicio (51,5 por ciento), aunque el descanso insuficiente es el hábito no saludable que más destaca entre ellas— un 33,1 por ciento frente al 23,9 entre los varones—. Le sigue el sedentarismo, que ocupa un 24,9 por ciento en las mujeres y un 20 en los hombres, aunque estos consumen más alcohol (16,1 por ciento frente al 3,7) y llevan una peor alimentación —el 7,1 por ciento frente al 5,6—. Entre las médicos fumadoras de la submuestra, un 54,1 por ciento ve difícil o muy difícil dejar de fumar y un 35,8 por ciento no quiere o no tiene intención de hacerlo, cifra considerablemente mayor a la del resto de médicos con más experiencia —29,7 por ciento.

Menos distanciamiento

En cuanto al grado de estrés percibido, se sitúa en un 4,7 en una escala del 1 al 7 entre estas profesionales, valor ligeramente superior al del resto de médicos, aunque menor respecto al de las médicos con más experiencia profesional. Sin embargo, aquellas con menos de 16 años de experiencia reflejan un mayor nivel de agotamiento emocional —el 57,4 por ciento autopercibe un nivel medio o alto— que sus compañeros y que las compañeras con más años trabajados y también declaran tener menos distanciamiento del entorno laboral —el 38,7 por ciento considera adoptar un mayor compromiso—, aunque el grado de realización personal es considerablemente menor que para el resto de médicos.