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No hay horas en el día para la dedicación que pone la junta directiva del Colegio de Farmacéuticos de Córdoba a fin de que reluzca con el mismo esplendor el Congreso Nacional de Farmacia 2014 en la extraordinaria ciudad de los califas. Está Córdoba esplendorosa por haber conquistado su propio río y haberse convertido en uno de los espacios arquitectónicos más fastuosos de la Andalucía más romana, más bética y más musulmana. En el enclave de la ciudad, en la quietud mágica de sus patios, en los profundos silencios que nos llevan al recuerdo de Séneca, Averroes y Maimónides y en la plácida ciudad cordobesa de hoy transitan con inquietud el presidente del colegio, Práxedes Cruz, y su tesorero, Rafael Casaño, para conseguir que trasciendan los trabajos de los farmacéuticos con motivo del congreso que tendrá lugar entre el 22 y el 24 de octubre. Me cuentan que las inscripciones se presentan progresivamente aceleradas dado que hasta el tiempo meteorológico parece estar incluso controlado por la seguridad que le han dado los devotos de San Rafael a la junta directiva del colegio.

Por esas fechas Córdoba cuenta con unos diecinueve o veinte grados de temperatura y la historia meteorológica parece que se pondrá a favor de los boticarios. Todo está preparado en el palacio episcopal, la mezquita, el fastuoso parador, y el círculo, lugares en donde recalará el Congreso apoyados por el edil José Antonio Nieto y el buen hacer de Cruz.

En los ámbitos sanitarios de la ciudad se espera con atención la llegada de ese congreso nacional que es consecuencia del último que se realizó en Santander, en donde los farmacéuticos determinaron que fuera la ciudad del Guadalquivir quien asumiera esta nueva responsabilidad. El ingente número de temas a tratar se están desbrozando en este momento para que los asistentes y ponentes puedan tomar buena nota en esos días de cuál es el mejor camino para consensuar los imprescindibles proyectos de futuro que tiene planteados la Farmacia.

Será el primer evento importante urbi et orbe en donde Carmen Peña se presentará ante sus compañeros después de haber sido nombrada presidenta de la Federación Internacional de Farmacéuticos. Este hecho que no constituye una anécdota sino un asunto sustantivo servirá para coger impulso y elevar la autoestima del conjunto pues el acierto no ha sido de los miembros de los diferentes países que la nombraron, sino de los farmacéuticos españoles que pusieron a Peña en el lugar adecuado y el momento oportuno. Su representación mundial lleva implícita cada uno de nuestros anhelos y deseos para el futuro de la Farmacia y más allá de que ella sea nuestra lo importante es que los farmacéuticos la eligieron para un destino que ahora es mucho más superlativo. Así que me gustaría que se entendiera que cuando se la felicita no hay que hacerlo en el contexto de un logro personal sino del beneficio colectivo que todos los farmacéuticos se han dado con su nueva representación mundial. Seguro.

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