Los COF creen que, aunque se elaboren documentos de consenso, siempre habrá situaciones especiales a las que éstos no podrán responder

En Cataluña las boticas harán una entrevista previa y se permitirá la objeción, mientras que en Málaga no desean venderla a menores de 16 años

| 2009-08-30T18:20:00+02:00 h |

El Papa Benedicto XVI “invita” a la objeción

alberto cornejo

Madrid

“Por mucho que los protocolos de dispensación de la píldora del día después (PDD) tengan un alto contenido, debemos tener en cuenta que no son documentos matemáticos y que, por tanto, siempre puede haber situaciones especiales para los que no tendrán una respuesta concreta”. Esta consideración, indicada por María Calvo, secretaría técnica del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Barcelona (COFB), institución que, al igual que el resto de colegios catalanes, es pionera a nivel nacional en disponer ya un protocolo de actuación consensuado con la Consejería de Sanidad autonómica, pone de relieve un aviso: más allá de los criterios comunes de actuación fijados, el farmacéutico tendrá que hacer uso de su profesionalidad y experiencia como complemento, y en algunos casos como sustitución, a estas medidas acordadas.

Un ejemplo explica lo anterior. A pesar de que cualquier mujer podrá desde septiembre, legalmente, sea cual sea su edad, adquirir este medicamento en las farmacias, el protocolo catalán admite en su articulado que “la edad de la paciente debe ser uno de los factores a tener en cuenta a la hora de dispensar el fármaco sin receta”. Así, indica que “en los casos de menores de entre 13 y 16 años que la soliciten, se debe dispensar cuando el profesional sanitario considere que ésta cuenta con la capacidad y madurez suficiente”.

Para aquellos casos en los que el farmacéutico considere que no tiene la personalidad adecuada para su adquisición, o para otras cuestiones relacionadas con la moral, el protocolo catalán reconoce el derecho a la objeción de conciencia. Incluso en estos casos, el farmacéutico deberá actuar “con profesionalidad”, puesto que, aunque se niegue a prestar el servicio, deberá indicar inexcusablemente a la paciente “el lugar más cercano donde puede conseguirla (…) evitando que la usuaria se sienta rechazada o juzgada por dicha negativa”, indica el texto.

Más tajantes se han posicionado otras instituciones en el debate sobre limitar el acceso en base a la edad. Es el caso del COF de Málaga, cuya junta directiva baraja la posibilidad de “aconsejar, nunca imponer”, que no se dispense a menores de 16 años y las deriven a un centro médico, tal y como adelantó su presidente, Javier Tudela. Dos son las justificaciones para ello: la Ley del Menor, en la que se exigen informes de madurez en determinadas decisiones, y la inexistencia de estudios que ratifiquen la ausencia de efectos secundarios en este colectivo. “Nuestras reticencias no obedecen a cuestiones religiosas, sino profesionales”, insistió Tudela.

Entrevista previa

La confianza que depositan las autoridades catalanas en la profesionalidad de sus farmacéuticos queda reflejada también en el hecho de que se delega en ellos la realización de una entrevista a la mujer antes de la dispensación, al igual de las que se llevan a cabo actualmente en los centros de salud. “Es para asegurarse de que no existen factores de riesgo, que no han pasado más de 72 horas desde la relación o que no sufre enfermedades que pueden empeorar con la toma de la píldora”, enumera la secretaria técnica del COFB. Unas “conversaciones”, como así prefiere denominarlas Calvo, que se efectuarán “en un entorno de privacidad y con garantía de confidencialidad”, obliga el protocolo.

Llegados a este punto, bien puede ocurrir una de esas situaciones especiales que se escapan de la formalidad del protocolo: ¿qué hacer en el caso de que una paciente solicite la píldora en una farmacia de guardia, las cuales, por norma general, el servicio se presta a través de ventanilla y no existe ese espacio de privacidad? En este caso, será el farmacéutico quien deba buscar solución al enredo.

“Deberá basarse en el tiempo transcurrido desde la relación de riesgo para tomar una decisión. Si aún existe margen de tiempo suficiente, deberá invitar a la paciente a que acuda a la mañana siguiente, con el local abierto, para llegar a cabo la entrevista en un lugar idóneo”, indica Calvo. Sin embargo, si ya pasaron, por ejemplo, 71 horas, “el farmacéutico dejaría de ajustarse al protocolo y realizarla las preguntas a través de ventanilla o invitándola excepcionalmente a pasar al local”, afirma. Eso sí, según Calvo, “pase lo que pase, la profesionalidad y experiencia resolverán todos esos casos”.