| viernes, 09 de abril de 2010 h |

Felipe Pétriz, secretario de Estado de Investigación

La investigación y la innovación son factores clave para el crecimiento de una economía moderna. Las empresas que invierten en I+D+i obtienen como retorno mayor productividad, aumentan la cartera de productos competitivos, incrementan su potencial de penetrar en mercados internacionales y elevan la capacidad de crear empleo. En la actualidad el conjunto de la industria española destina sólo el 1 por ciento de su volumen de ventas a la investigación. El sector industrial que más invierte en este campo en España es el farmacéutico, el 8 por ciento de sus ingresos por ventas a la I+D, cerca de una quinta parte del gasto total en I+D realizado por el conjunto de la industria española. Este esfuerzo inversor se refleja también en la creación de puestos de trabajo para personal altamente cualificado: un 11 por ciento del conjunto de los empleados en la industria se dedica a tareas de investigación en el sector farmacéutico. Esto pone de manifiesto que el compromiso del sector farmacéutico con la I+D es de vital importancia para la competitividad industrial y la creación de empleo de calidad en España.

No obstante, la reinversión de ingresos por ventas en I+D de esta industria (8 por ciento) es inferior a la de otros países en nuestro entorno económico: Francia (17 por ciento), Alemania (16 por ciento) o el Reino Unido (31 por ciento). Para incentivar una mayor inversión en I+D+i se creó el Plan Profarma. Esta actuación reduce los impuestos a los laboratorios que se comprometen con la innovación y la creación de empleo de calidad. El plan es sólo uno de los instrumentos que contribuye a que España sea uno de los países de la OCDE que ofrece mayor apoyo fiscal a las empresas que invierten en I+D. Otro activo para atraer inversiones en proyectos de esta industria en España es la excelente calidad de su investigación biomédica y clínica. En 2009, el área de las Ciencias de la Salud contó con una inversión pública de unos 500 millones de euros. Para facilitar a los laboratorios el desarrollo de nuevos productos, basados en el conocimiento generado en los laboratorios de investigación, se creó una plataforma nacional de unidades de ensayos clínicos (Caiber), que coordina las actividades de 40 hospitales, y que fue dotada con 11 millones de euros en 2009.

El atractivo de España como destino de inversiones en investigación farmacéutica depende también de la visibilidad del sector para producir y comercializar con éxito nuevos e innovadores productos basados en I+D propio. Empresas biotecnológicas como PharmaMar, Digna Biotech, Palau Pharma, Noscira, Cellerix o Fina Biotech disponen de una cartera de novedosos productos en desarrollo clínico, que tienen el potencial de competir con las multinacionales a las que les expiran muchas patentes. El primer antitumoral de origen marino en el mercado (Yondelis, PharmaMar) o el primer ensayo clínico con células madre de tejido adiposo (Ontaril, Cellerix) son ejemplos de esta nueva generación de fármacos innovadores, desarrollados en su totalidad por laboratorios españoles en España.

La industria farmacéutica es clave en el gran reto de forjar un cambio del modelo productivo hacia una economía basada en el conocimiento y la innovación. Por ello, nuestro compromiso es establecer condiciones que incentiven y fortalezcan más la inversión de estas empresas en I+D+i. El retorno de este esfuerzo será una mayor competitividad de nuestra economía y la creación de empleo de calidad.