| domingo, 24 de mayo de 2009 h |

John Chave es secretario general de la Pharmaceutical Group of the European Union (PGEU)

Al final todo duró unos segundos. El juez murmuró en francés que la acción de la Comisión en el asunto 531/06 quedaba sobreseída. Con estas pocas palabras se desvanecieron las esperanzas de Celesio, DocMorris y las otras partes de hacerse con los ricos frutos del mercado farmacéutico europeo. Nos lo esperábamos. Habría hecho falta un tribunal muy valiente y radical para ignorar la opinión clara y firme de Yves Bot. Poniéndonos en lo peor, hubiéramos esperado que el tribunal se pronunciara de una manera ambigua permitiendo que ambas partes se atribuyeran la victoria.

Sin embargo, no hacía falta preocuparse, porque el tribunal ha sido tan claro como Bot. Para la PGEU, donde a menudo tenemos que explicar aspectos básicos de la farmacia y los medicamentos a funcionarios que se preocupan sólo por un mercado eficiente, la claridad ha sido un gran alivio. Y ahora, ¿qué? El procedimiento español se paralizará. No va a haber un big bang liberalizador en Europa, pero la amenaza no desaparece con esta sentencia. Se convierte sólo en una cuestión nacional, y cabe la posibilidad de que presenciemos un efecto domino de las medidas liberalizadoras que emergen de las brumas nórdicas. Las grandes cadenas y los supermercados no se van a rendir porque el botín es demasiado bueno y, como vimos en los argumentos presentados en el ‘caso asturiano’, no se puede descartar todavía una Europa sin reglas de establecimiento.

Pero de lo que podemos estar seguros es de que la batalla por mantener y desarrollar la contribución del farmacéutico a los sistemas sanitarios, para garantizar que la farmacia europea alcance su pleno potencial y reciba el reconocimiento que merece, no se va a parar ahora. Quizá, de alguna manera, no ha hecho más que comenzar.