| domingo, 30 de noviembre de 2008 h |

Rafael Guayta-Escolies es asesor de proyectos y miembro del grupo de trabajo de inmigración del COFB

La oficina de farmacia refleja la realidad social y sanitaria del fenómeno de la inmigración en Cataluña. Aunque ha experimentado el impacto demográfico de la expansión de la movilidad humana, y de su multiculturalidad, la percepción de dificultad añadida a la AF habitual no es estadísticamente significativa y carece, hasta el momento, de la relevancia que demuestra en otros colectivos de profesionales sanitarios.

La oficina de farmacia es también para los inmigrantes la puerta de entrada a nuestro sistema de atención sanitaria en la mayoría de los casos. Coincidimos con la mayoría de estudios realizados en países de mayor tradición migratoria en que el desconocimiento del idioma y los aspectos relacionados con la cultura sanitaria y del medicamento, serían las variables que más incidirían en una mala accesibilidad o uso de los servicios de salud.

No obstante, salvo en algunos aspectos, como la demanda de medicamentos para enviar a sus familiares, aspectos relacionados con patología respiratoria banal o los relacionados con la contracepción o la planificación familiar, la tipología de la demanda y la AF realizada por el farmacéutico no difieren significativamente de la que se halla en la población autóctona.