| viernes, 26 de agosto de 2011 h |

Rosa López-Torres, pta. Consejo de Farmacéuticos de Castilla-La Mancha

En estos momentos, los farmacéuticos castellano-manchegos, desafortunadamente, solamente tenemos un tema de conversación: no cobramos los medicamentos que dispensamos. Nos hemos convertido en el centro de la noticia, y aunque somos un colectivo discreto y acostumbrado a trabajar en silencio, nos vemos envueltos en luchas y acusaciones políticas. Los farmacéuticos sabemos dispensar. Dispensar medicamentos cuyo gasto no originamos y cuyo precio no fijamos ni recargamos por acercarlo a la población.

En una comunidad con muy pocos habitantes por farmacia y con casi un 25 por ciento de farmacias en pueblos menores de 1.000 habitantes, el 98,53 por ciento de ellos tiene una botica en su propio municipio, aunque no en todos esos municipios existe otro servicio sanitario diario continuado. Vivimos en una sociedad mercantilista y nuestro discurso parece trasnochado. Hablar de atender a nuestros usuarios-pacientes-amigos sin cobrar, fuera de nuestro horario habitual, sin poner precio al tiempo que les dedicamos, sin escatimar en contratar a colaboradores de calidad o en formarnos como profesionales, nos hace dudar de si es correcto el camino elegido.

Nos duele que, constantemente, nos llamen proveedores y empresarios solventes. ¿Acaso proveemos de cualquier mercancía? ¿Acaso podemos gestionar nuestras farmacias como si de cualquier otra empresa se tratara? ¿Se nos permite hacer oferta de medicamentos? ¿Podemos negociar el descuento en nuestras compras? ¿Acaso quien habla de nuestra solvencia conoce nuestra economía? ¿Es que nadie reconoce que somos sanitarios y que el medicamento es un bien prioritario?

A pesar de todo, a lo largo de los tres últimos meses hemos seguido dispensando sin cobrar. Hemos preferido endeudarnos antes de que los pacientes no tuvieran sus medicamentos. Pero hemos rebasado el límite y no se nos puede pedir más. Ya hemos sido muy solidarios con la crisis de nuestro país. Y, aunque siempre hemos estado dispuestos a colaborar con la administración, no lo olvidemos, la prestación farmacéutica es su responsabilidad.