| viernes, 26 de noviembre de 2010 h |

Cecilio Venegas, presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Badajoz

Dice la escritura que cada día trae su cuidado. Cabría a la contra pensar también que… ¡cuidado con algunos días! Estas fechas, para el colectivo farmacéutico, según las conversaciones y consultas que venimos recibiendo en los colegios oficiales de farmacéuticos, podrán llamarse las de las dosis unitarias. No es la primera vez que nos ocupamos de este tema. Ya con el anterior gobierno del Partido Popular hubo actividad en torno a la posibilidad de fraccionamiento de envases, dosis unitarias, envases clínicos para dispensación en las farmacias y…. Lío, sobre todo mucho lío en aquellas que participaron en los pilotajes sobre este tema.

En Extremadura, al igual que ocurrió también en Galicia y en País Vasco, se pilotó un sistema de dispensación de dosis unitarias de antibióticos con el resultado bastante conocido de que la prescripción libre del médico en este sentido acababa en un 80 por ciento de las veces en el número de unidades que ya tenían los envases. Como activo, mayor concienciación sobre el uso de los antibióticos y potenciación de los genéricos. Lo equivalente a una campaña sanitaria. Como pasivo, deslizamiento de la prescripción a presentaciones comerciales no incluidas en el pilotaje, y aumento, cómo no, de la gestión, stocks, burocracia y caducidades en las farmacias implicadas. Preferimos verlo de cerca a saberlo por terceros y como colofón, nulo ahorro económico, más aún en grupos terapéuticos de por sí ya muy baratos.

Efectivamente hubo algunas prescripciones que no se adecuaron a los envases tradicionales, lo que inevitablemente me trajo a la cabeza una fábula que oí contar en los tiempos de la Guerra Fría. Una fábula que os voy a contar en estas líneas.

Se le aparece en sueños el difunto Zar Nicolás II a Iósif Stalin

— Dime, Iósif , me preocupa el devenir de nuestro país en estos años. ¿Sigue nuestra flota siendo la mayor del Báltico?

— Oh, sí, claro. ¡Seguimos teniendo la marina más potente!

— ¿Y los mujik, siguen cantando felices en la estepa?

— Claro, padrecito, y bailando con las balalaikas en la tundra!

— ¿Y nuestro vodka, sigue teniendo 40º?

— No, eso no, ahora tiene 41º.

—Pues, no es por nada, pero por un grado no creo que haya merecido la pena hacer la revolución.