José Antonio Juncá, director general de Socytec | viernes, 14 de junio de 2013 h |

La accesibilidad en las farmacias tendría que ser un objetivo prioritario a tener en cuenta, dentro del conjunto de establecimientos de pública concurrencia, dado el carácter de interés público de las mismas y su directa vinculación al cuidado de la salud. En este sentido, podría plantearse la posibilidad de establecer una línea de ayudas, por parte de las administraciones públicas, destinada a eliminar las barreras de las farmacias existentes que, en definitiva, supondrían una mejora en el uso de las mismas con seguridad por el conjunto de la población, con independencia de su edad o grado de discapacidad.

Las farmacias, por su índole sanitaria, son un tipo de establecimiento en el que la adopción de medidas en materia de accesibilidad ha de ser una prioridad. Garantizar la accesibilidad de las boticas es un objetivo prioritario en las políticas que en esta materia se adopten. La colaboración que en esta línea de actuación se pueda establecer entre los farmacéuticos, a través del Consejo General, y los poderes públicos, bien sean las comunidades autónomas o los ayuntamientos, o ambos de manera conjunta, puede resultar muy fructífera. Entre las posibles medidas en accesibilidad a plantear, además de una primordial que sería garantizar el acceso a la botica sin escalones ni obstáculos en su entorno inmediato, cabría destacar la dotación de plazas de aparcamiento reservadas a personas con movilidad reducida ubicadas lo más cerca posible de las entradas al local.

En relación con los nuevos establecimientos, parece de interés plantear una estrategia de trabajo consistente en proporcionar a los profesionales de farmacia una información o documentación técnica clara y precisa acerca de cómo lograr una farmacia accesible, describiendo cada una de las posibles medidas a adoptar, y que tengan en cuenta las necesidades y requerimientos de cada uno de los potenciales clientes (no solo a las personas con discapacidad física o semiambulantes con bastones, sino también a aquellas con discapacidades sensoriales, visuales o auditivas, o a personas de edad avanzada, a las que, por ejemplo, disponer de una butaca de diseño apropiado junto al mostrador puede ser un importante alivio).

En resumen, conviene trabajar por la accesibilidad de las farmacias actuando en dos frentes de manera simultánea: eliminando las barreras de las existentes, y garantizando la accesibilidad de los nuevos establecimientos.