iria gonzález Madrid Pregunta. Pedro, practicas el triatlón, un deporte que se caracteriza por la resistencia. Resistencia es lo que necesita el sector en estos momentos, ¿no? Respuesta. Por supuesto. El triatlón se asemeja mucho a las situaciones a las que las empresas nos enfrentamos actualmente. Lo que tenemos ahora en el sector no es más que el final de la primera prueba, es decir, acabamos de terminar la natación, pero todavía nos queda por delante la bici y correr. P. Esta disciplina combina varios deportes. ¿El futuro de la distribución pasa por la combinación, pero en este caso de servicios? R. En este tema soy un poco escéptico, porque los servicios parecen la tabla de salvación de todo. Antes, tenemos que poner en orden nuestro negocio principal, que es la logística, donde creo que tenemos un problema gordísimo. P. ¿Cuál? R. Pues que ese negocio no es rentable, porque los gastos ya superan a los ingresos. Más que resignarnos a que ese negocio sea deficitario para toda la vida, hay que buscar que dé un mínimo beneficio. P. En esta materia, ¿la distribución debe dar su ‘Gran Salto Adelante’? R. La distribución tiene que dar un salto grande, un salto cualitativo. En este momento, la distribución está como el ciervo al que le acaban de deslumbrar los faros, paralizada de miedo. Lo que tiene que hacer es activar los mecanismos para salir corriendo. P. El triatlón es un deporte individual. Pero, ¿deben las distribuidoras trabajar en equipo con los demás agentes de la cadena? R. En la situación actual, jugar en solitario es absolutamente suicida. Vamos a tener que jugar cada vez más en equipo. P. Por otra parte, también haces vela ligera. ¿Corren malos vientos para el sector farmacéutico? R. Malísimos vientos, vamos ciñendo. Ceñir en el vocabulario de vela es cuando vas intentando llegar a una boya que está en la dirección en la que sopla el viento. El barco va escorado, con las velas súper tensas, todo el mundo va haciendo banda, en cualquier momento se puede volcar y se hace un esfuerzo tremendo para avanzar muy poco. P. Atletismo, esquí, pádel son otras de tus aficiones. ¿Qué deben practicar las distribuidoras para estar en buena forma? R. Lo que tenemos que hacer es una dieta de adelgazamiento tremenda, deporte aeróbico a todas horas, porque estamos absolutamente sobredimensionados. P. Forofo del Athletic, ¿dónde te llevaste el último disgusto, en San Mamés con el gol de Messi en el último minuto o en el BOE? R. En el último BOE, realmente, no me llevé tanto disgusto. El disgusto me lo estoy llevando cuando veo que el ministerio, dos meses después, hace interpretaciones de la aplicación práctica del tema DOE y precio menor contrarias a lo que había legislado. A nosotros nos obliga a estrategias completamente distintas, con lo cual yo los disgustos me los llevo porque el ministerio legisla a salto de mata y cambia constantemente las reglas del juego. P. Como buen ‘león’, ¿qué te parece la batalla al estilo gladiador-león que se vive entre la farmacia y la Administración por el pago de las facturas? R. Si el león es la Administración, nosotros somos los pobres cristianos que han soltado en el circo para que se los coman. Ya nos gustaría ser un gladiador. Ellos tienen la sartén por el mango y, a la mínima que levantas la voz porque no te han pagado las recetas, te dejan claro que en el fondo perciben que el modelo actual de propiedad es un chollo para el farmacéutico y que cualquier día lo pueden quitar. | lunes, 14 de noviembre de 2011 h |

Pedro Zumárraga (Zúrich, 1974) es, desde 2008, director general de Vascofar, segunda distribuidora de productos farmacéuticos en el País Vasco. En su caso, se cumple el dicho de que “los de Bilbao nacen donde les da la gana”. Y es que, desde 1989, ejerce como “bilbaíno de verdad”, aunque antes ha vivido en Suiza, Madrid y Alemania. “Cosas de la vida y de la familia”, explica. Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales, Zumárraga ha liderado un proceso de transformación integral de esta cooperativa farmacéutica. A su juicio, los recortes e impagos suponen para las distribuidoras “un test de estrés, que de momento están suspendiendo”.