La Ley de Residuos y las exigencias en los prospectos cambiarán el escenario actual

Sigre apuesta por extender su mensaje a otros colectivos tras diez años de trabajo

| 2011-08-26T16:11:00+02:00 h |

i.fernández/ i.gonzález

Madrid

‘Reciclar’ y ‘medicamentos’ son dos palabras hoy en día inseparables. Su significado e importancia se han instaurado en la sociedad y han llegado para quedarse. El cambio climático encendió la mecha del reciclaje y, desde entonces, los gobiernos llevan por bandera evitar que los componentes químicos perjudiquen la salud y el medio ambiente. Este auge transforma día a día el escenario. De hecho, en España se han producido recientemente dos cambios a nivel normativo. Por un lado, la obligatoriedad por parte de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) de incluir en los prospectos una leyenda que indique que los envases y restos de medicamentos deben llevarse al punto Sigre de las farmacias. Por otro, la aprobación de la nueva Ley de Residuos y Suelos Contaminados.

Pero reciclar medicamentos es más que una moda. Su apuesta en España suma ya diez años. Y es que, nuestro país fue uno de los pioneros en implantar un sistema de recogida selectiva de envases y stock de medicamentos, puesto en marcha por Sigre en 2001. Entonces, todavía no existían prácticamente antecedentes en Europa. Su rápida implantación y efectividad lo han convertido en referente. Francia, Portugal y Hungría han seguido sus pasos.

Pero, ¿dónde radica su éxito? El trabajo en equipo, tal y como asegura Juan Carlos Mampaso, director general de Sigre, es una de sus claves. Farmacia, industria y distribución se han implicado activamente en esta década. El resultado actual: más del 98 por ciento de las boticas, 277 laboratorios, y 140 almacenes de distribución participan. Pero, lo determinante, como reconoce el director general de Sigre, fue la fase de implantación, que contó con la colaboración “inmediata y altruista” de las farmacias. Una de las primeras acciones de una farmacia tras su apertura es hoy pedir el kit de Sigre.

Sistema integrado

Sigre constituye un sistema integrado de gestión y se basa en una lógica inversa en la que el residuo sigue el recorrido inverso al producto, que ahorra costes y convierte a la distribución en el eslabón entre la farmacia y el gestor de residuos. “Como parte de la cadena, nos sentimos responsables de hacer todo lo posible para que el impacto medioambiental de nuestra actividad sea menor”, explica Miguel Valdés, director general de Fedifar. Tal es su implicación que, según Mampaso, “la interacción de los agentes en la actualidad es cada vez mejor”.

No obstante, la colocación del punto Sigre en la botica ha sido cuestionada en determinadas ocasiones. La doctrina de la Unión Europea es tener tutelado y controlado el punto de recogida. Por tanto, “el medicamento tiene que estar en la farmacia, porque es delicado, y no en la calle o centros de salud”, explican desde Sigre.

Estos componentes pueden resultar altamente perjudiciales. Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), las depuradoras no son capaces de eliminar todos los residuos farmacológicos y algunos han demostrado producir una toxicidad a peces, plancton y otros organismos, incluso en concentraciones muy bajas. Entre ellos, el diclofenaco (antiinflamatorio), el propranolol (antihipertensivo y antiarrítmico) o la fluoxetina (anidepresivo).

¿Es ya tarde para frenar el deterioro del ecosistema? Las investigaciones de la Agencia Europea de Medio Ambiente confirman la presencia de productos farmacéuticos en los ríos europeos, lo que ha motivado que la Comisión Europea, según declara a EG Joseph Hennon, portavoz de Medio Ambiente de la CE, trabaje en una propuesta legislativa de protección de las aguas frente a la contaminación química. Dicha norma estará lista para finales de este año, y en ella han participado “activamente” representantes de la industria farmacéutica.

Aunque la que puede introducir muchos cambios es la nueva Ley de Residuos y Suelos Contaminados, aprobada por el Ministerio de Medio Ambiente el pasado mes de julio. No tanto en el sistema de recogida que, según Mampaso, seguirá igual de efectivo, sino en la forma de gestionar.

La ley, transposición de la directiva 2008/98/CE y actualización de la legislación española en materia de residuos de 1998 introduce cambios en las estructuras organizativas y modifica los órganos de gestión, con lo que permite participar solamente a los productores con un sistema de voto proporcional. Es decir, farmacia y distribución quedarían al margen. Sin embargo, Mampaso hace un llamamiento a la calma: “Han inventando una figura un poco compleja que esperamos modifiquen”. De hecho, la ley prevé la existencia de una segunda organización equivalente a la que existe ahora, de labor más presencial, en la que tendrían cabida estos dos agentes.

Aunque, todavía es pronto para sacar conclusiones. El Gobierno debe adaptar la ley en los próximos tres años a cada flujo de residuos. Eso sí, a pesar de que la norma establece una disminución del 10 por ciento del peso de los residuos para 2020, Sigre, gracias a sus Planes de Prevención, ha conseguido ese objetivo y se ha reducido el peso de los envases en un 15 por ciento.

El trabajo continúa

La Ley de Residuos no supondrá el punto y final. Aún quedan campos de actuación, como recuerda la OCU. Sus estudios manifiestan que el usuario tiene todavía menos información sobre cómo reciclar fármacos que sobre otros productos. A pesar de ello, la concienciación es alta, según se desprende de la Encuesta de Hogares y Medio Ambiente de 2008, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

El 69,5 por ciento de los hogares españoles recicla medicamentos, un dato que desde Sigre valoran muy positivamente dado que este porcentaje se aproximó al obtenido en productos con gran tradición de reciclado como vidrio, papel o cartón. En 2010, eso sí, el crecimiento fue más moderado, como consecuencia de la consolidación del sistema. “Estamos bien situados, aunque siempre hay margen de mejorar”, añade Mampaso, quien apuesta por mejorar la calidad, más que la cantidad, a través, por ejemplo, de la promoción del uso racional del medicamento.

“Aumentar la atención farmacéutica consigue un mejor cumplimiento del tratamiento y menos restos”, reconoce Teodomiro Hidalgo, vocal de Oficina de Farmacia del CGCOF. Para lograrlo también se suele emplear el mensaje de la doble motivación: el reciclado de fármacos es bueno para la salud, pero también para el medio ambiente. “Estos riesgos dependen de cómo los consumidores cumplen con las instrucciones del fabricante y de la relevancia de estas”, asegura el portavoz de Medio Ambiente de la CE.

Bajo estas premisas, Sigre se ha marcado como objetivo concienciar a nuevos colectivos como el de médicos, enfermeras, estudiantes o niños. “El niño en sí no recicla los fármacos, pero sí que hace de voz de la conciencia”, explica Mampaso. Además, en 2012 se abrirá en Tudela de Duero (Valladolid) la nueva planta de clasificación de medicamentos de Sigre, que sustituirá a la ubicada hasta ahora en La Coruña. Las nuevas instalaciones introducirán maquinaria propia y mejoras trasladadas del mundo del reciclaje en general y adaptadas al del medicamento.

Con ello, se pretende alcanzar el sueño que comparten los agentes implicados en la materia: que un día se lleve a su máxima extensión la filosofía de que ‘el mejor residuo es el que no se produce’.