Los máximos ejecutivos de las farmacéuticas se han manifestado acerca de posibles adquisiciones
| 2009-02-15T18:03:00+01:00 h |

Miguel Ángel Tovar,

director asociado de Contenidos en Barcelona

Cada vez tenemos más indicios que nos llevan a creer que 2009 puede acabar siendo un año fructífero en procesos de compraventa en el sector. El reciente acuerdo de Pfizer y Wyeth, que podría llegar a ser el tercero más importante de la industria, y la nueva oferta de Roche para hacerse con Genentech, parecen haber alimentado las especulaciones que aseguran que nos encontramos en el inicio de una nueva ola de consolidación en el sector. En fechas recientes ha aumentado sobremanera el volumen de información que nos indica que nuevas operaciones se estarían fraguando. Según informó hace unos días el Financial Times, Sanofi-Aventis estaría en la actualidad en conversaciones con algún banco de inversión con el fin de obtener 25.000 millones de dólares en efectivo con los que financiar operaciones de compra. La pérdida de patentes obliga a la cuarta compañía mundial a realizar alguna adquisición en 2009 si no desea perder posiciones. La compañía ha reportado durante cuatro trimestres seguidos una disminución de sus ventas.

En diversas ocasiones se ha señalado a Bristol-Myers Squibb (BMS), con quien comercializa Plavix, como posible presa del grupo francés. Hace algunas jornadas las acciones de BMS se han revalorizado como consecuencia de volver a circular con fuerza esta idea. No en vano, BMS cuenta en estos momentos con 10.000 millones de dólares en efectivo y un pipeline digno de consideración.

No obstante, algunos analistas juzgan más probable la adquisición de una compañía de tamaño mediano, que una megafusión. Unas declaraciones recientes de Chris Viehbacher, consejero delegado de Sanofi-Aventis, parecen apoyar esta línea. Viebacher, quien lleva poco tiempo en el cargo y parece tener ganas de empezar pronto a dejar su huella, ha dejado abiertas la posibilidades de acuerdo en todas las áreas de negocio: biotecnología, genéricos, OTC, vacunas,…

En biotecnología se han citado a veces Amgen y Biogen Idec como posibles objetivos de la francesa. En genéricos se menciona últimamente Actavis y Ratiopharm, ambas en proceso de venta en la actualidad, a las que recientemente se ha sumado la india Piramal. En vacunas se nombra estos días a la belga Crucell, que posee una más que interesante cartera de productos, lo que la hace además estar en el punto de mira de Merck & Co., Novartis y GlaxoSmithKline (GSK). Andrew Witty, consejero delegado de esta última, apoya también adquisiciones más pequeñas y enfocadas a determinados nichos de mercado.

En cambio, el de Merck & Co. es de los que ha dejado bien clara su posición al afirmar que no cree que “ningún consejero delegado puede en el entorno actual descartar ninguna transacción” y que él está contemplando “todo el espectro” posible de acuerdos. Sin duda, la pérdida de patente de Fosamax y el próximo vencimiento de Singulair, así como los reveses sufridos con Taranabant y Cordaptive constituyen serios argumentos para apoyar este punto de vista.

Daniel Vasella, consejero delegado de Novartis, no ve necesaria la megafusión y llega incluso a preguntarse sobre la relevancia del acuerdo Pfizer-Wyeth. Por su parte los máximos ejecutivos de compañías como AstraZéneca o Eli Lilly también se muestran menos interesados en grandes operaciones, por encontrarse actualmente ellas mismas en proceso de integrar adquisiciones recientes (MedImmune, ImClone).

Así pues, mientras algunos consejeros delegados barajan todas las posibilidades, otros restringen su interés a operaciones de menor dimensión. ¿Quién tiene el enfoque más acertado? Pues probablemente todos ellos, ya que como afirmaba José Ortega y Gasset, “yo soy yo y mi circunstancia”. Es decir, que todo “depende del cristal con que se mira”, de la situación en la que se encuentra cada compañía. En cualquier caso, en lo que todos parecen coincidir es en la necesidad de comprar. Y pronto.