Solvay busca un comprador para su subsidiaria de medicamentos. Un proceso que se prevé largo
| 2009-05-24T18:00:00+02:00 h |

Miguel Ángel Tovar,

director asociado de Contenidos en Barcelona

El grupo belga Solvay, productor de sustancias químicas, plásticos y medicamentos, es uno de los pocos conglomerados químico-farmacéuticos que aún perduran. Aunque parece que por poco tiempo, pues la compañía ha contratado a tres bancos de inversión (Citigroup, Morgan Stanley y Rothschild), con el fin de gestionar la venta de Solvay Pharmaceuticals. Tras llevar a cabo una revisión estratégica de esta unidad y de considerar diferentes opciones, los citados bancos han preparado un cuaderno de ventas preliminar que habrían hecho llegar a potenciales compradores. Después de esta primera ronda de ofertas, se ha previsto una segunda en la que se proporcionará una información mucho más detallada, y dirigida a aquellas compañías que hayan expresado su interés en comprar.

En 2008 el grupo Solvay facturó unos 9.600 millones de euros, de los cuales 2.700 millones se obtuvieron del negocio farmacéutico. De acuerdo con analistas del sector, el precio de venta podría situarse entre los 5.000 y los 6.000 millones de euros. Los buenos resultados de la unidad de medicamentos, que aporta la mitad del beneficio operativo, no son suficientes para compensar la caída de la demanda que acusa tanto la unidad de productos químicos como la de plásticos, agudizada por la crisis económica internacional. La venta de Solvay Pharmaceuticals permitiría financiar la adquisición de un nuevo motor de crecimiento para el negocio químico del grupo.

Según informaba Financial Times el pasado mes de abril, Sanofi-Aventis, interesada actualmente en pequeñas y medianas adquisiciones, habría llevado a cabo en marzo un acercamiento a Solvac, el holding familiar que controla el 30 por ciento de Solvay. Ésta al parecer rechazó la oferta por considerarla insuficiente. Otras compañías que también se han citado como posibles interesadas en Solvay Pharmaceuticals son Abbott (con quien ya tiene un acuerdo de comarketing), AstraZéneca (que trabaja con Solvay para lanzar una asociación a dosis fijas de Crestor-TriLipix), Bayer, Merck KGaA, Novartis y Takeda. Se ha llegado incluso a barajar una fusión con la farmacéutica belga UCB.

De los productos que comercializa Solvay sólo tenía en 2008 un producto que facturase más de 500 millones de euros (Fenofibrate), de modo que para un posible comprador, como Sanofi, la repercusión que podría tener en su cartera sería muy modesta. Bajo este prisma no parece que se pueda justificar la operación En cambio, la percepción cambia cuando se analiza el pipeline. Solvay tiene actualmente en desarrollo unos 30 productos, de los cuales una decena se encuentran en la última fase de investigación clínica, algunos de ellos con elevadas probabilidades de éxito. Es sobre todo esta característica la que explicaría su atractivo para diversas farmacéuticas.

Solvay presentaba a finales de 2008 un balance de una solidez indiscutible, en el que la deuda suponía tan sólo una tercera parte del pasivo, por lo que desde el punto de vista financiero no parece hallarse en una situación acuciante que haga necesaria una venta rápida. Por otra parte, el rechazo a la oferta de Sanofi-Aventis indicaría que la familia Solvay pretende vender su participación con una prima importante sobre la cotización de la acción. Todo ello lleva a suponer que el proceso de venta se podrá prolongar al menos durante varios meses. Otras opciones estratégicas, como la búsqueda de compañías o productos, para una eventual adquisición o acuerdo de colaboración, así como la colocación parcial o total en bolsa, han sido descartadas. Al menos por ahora.