R. C. Madrid | viernes, 11 de mayo de 2012 h |

Los recortes vuelven a hacer estragos en la I+D+i española. Lo último ha sido la desaparición de la Plataforma Española de Ensayos Clínicos (Caiber), que será sustituida a partir de 2013 por una red de unidades de investigación clínica. Así lo confirmó la semana pasada Joaquín Arenas, director del Instituto de Salud Carlos III, organismo del que depende Caiber.

Tras la reducción presupuestaria sufrida por Caiber en los últimos años (de diez a tres millones de euros), Arenas explicó que la plataforma había dejado de ser viable y que el instituto había decidido, por eso, prescindir de ella. Una decisión que se hará efectiva a finales de este año, fecha en la que acaban los cuatro años iniciales de este proyecto del Carlos III, enmarcado dentro de la Acción Estratégica en Salud (AES).

Una trayectoria que se trunca por motivos económicos y no por resultados, ya que Caiber siempre se ha mantenido en una senda de crecimiento a pesar de las dificultades y, sobre todo, ha formado parte de grandes e importantes actividades y proyectos de ámbito nacional e internacional. Además, ha participado en el desarrollo de numerosos ensayos clínicos: actualmente tenían entre manos 64 ensayos clínicos multicéntricos, 14 de ellos en oncología.

Algunas de las pruebas de este recorrido se ven reflejadas en su Memoria de Actividades 2009-2011 que, en su apartado de producción científica (ver tabla), refleja los resultados de sus primeros años de andadura. Con 84 ensayos clínicos, 781 centros involucrados y casi 28.000 pacientes, los programas Extramuros e Intramuros de Caiber, para la realización de ensayos clínicos independientes en la propia plataforma o por colaboración externa respectivamente, han sido exitosos. Destaca que el 44 por ciento de los mismos eran de fases clínicas avanzadas. Y, para ello, Caiber, además de la unidad central, contó desde sus inicios con Unidades Centrales de Investigación Clínica en Ensayos Clínicos (Ucicec), compuestas por 18 organismos de cooperación pública y cinco comunidades autónomas (Castilla-La Mancha, Castilla y León, Baleares, Galicia y Madrid) que, a través de diferentes servicios de salud, colaboraban en las actividades del consorcio.

A partir de una creencia firme en la internacionalización (prueba de ello es que la primera edición del Congreso de la Plataforma, celebrado a finales de noviembre, giró en torno a la importancia de la investigación biomédica en red), Caiber ha logrado en estos casi cuatro años hacerse un hueco en el mercado internacional. Y todo ello cuando la presentación oficial del organismo se hizo realmente en octubre de 2010, sirviendo los años anteriores para su constitución como entidad con personalidad jurídica propia y la elaboración del Plan Estratégico.

Este tiempo le ha servido para coliderar junto con Alemania un proyecto pionero de cooperación internacional de ensayos multinacionales no comerciales amparada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE), para colaborar con el National Institute of Health (NIH) o para participar activamente en la construcción y desarrollo de la Plataforma Europea de Investigación Clínica Europea (Ecrin), entre otras actividades. Por otro lado, cabe destaca que a nivel nacional, Caiber mantuvo reuniones con las principales organizaciones científicas del país y llegó a firmar un acuerdo de colaboración con la patronal de la industria innovadoras, Farmaindustria. Ahora, queda saber qué va a pasar con todos estos proyectos e iniciativas.