Francisco rosa Madrid | viernes, 13 de enero de 2012 h |

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) emitió a finales de diciembre su informe sobre “Indicadores biotecnológicos”, del cual se desprenden dos conclusiones que ya apuntan desde hace tiempo los agentes que operan en el sector. Por un lado, hay que aumentar el gasto privado en I+D y evitar que el sector público lleve la iniciativa en la financiación de proyectos y, por otro lado, hay que mejorar los datos de transferencia tecnológica y convertir los buenos datos de producción científica en patentes.

Según el estudio de la OCDE, la industria biotecnológica se consolida en España. Así lo demuestra el tercer puesto que ostenta en cuanto al número de empresas dedicadas en su totalidad a hacer biotecnología (399) y las que integran procesos biotecnológicos en su actividad (1.095). En total, existían en nuestro país unas 1.494 empresas en 2010 (frente a las 870 que recogía la última estadística con datos de 2006), solamente por detrás del gigante norteamericano con 8.583 y de Francia con 2.194 entidades.

Los datos también constatan que el biotecnológico es un sector joven en nuestro país, dado que más del 80 por ciento de esas empresas (el porcentaje no es tan alto en otros países) tienen en sus plantillas a menos de 50 empleados.

Gasto público

Otro de los indicadores favorables al sector biotecnológico español es el referido al gasto en I+D biotecnológica que realiza el sector público y que se situaba en los 1.300 millones de dólares en 2009 (frente a los 1.026 de la estadística de la OCDE en 2006). España, en esta parcela, solo se ve superada por Alemania, con una inversión pública de más de 4.600 millones, y Corea del Sur, con casi 2.100 millones.

A pesar de que el dato podría parecer positivo, Regina Revilla, presidenta de la Asociación Española de Bioempresas (Asebio), denunciaba recientemente el hecho de que el sector privado no tome la iniciativa en este sentido. “La proporción actual entre la financiación pública y la privada me parece preocupante”, admitía Revilla.

Y es que en la cuestión del gasto privado en I+D biotech España sigue alejada de los países punteros y eso merma mucho la capacidad del sector para participar en el mercado internacional de una forma competitiva. A este respecto, cabe decir que el sector privado español solamente gastó 682 millones de dólares en I+D biotecnológica en 2009, cifra que representaba el 6,2 por ciento del gasto total de las empresas españolas en I+D.

El país con una mayor inversión empresarial en esta área fue Estados Unidos, con una cifra superior a los 22.000 millones de dólares, que supone más de un 66 por ciento del gasto mundial. Le sigue Francia con poco más de 2.000 millones. A pesar de esto, el dato más significativo fue el de Irlanda, con una inversión privada en I+D biotecnológica que representaba el 15 por ciento del gasto de las empresas del conjunto de sectores del país.

El otro campo en el que el sector biotech español queda retrasado es en el de la transferencia tecnológica, es decir, la traslación de los esfuerzos de investigación en patentes. España solamente es responsable del 1,6 por ciento de las patentes biotecnológicas solicitadas en la oficina europea en 2007-2009. Lidera esta clasificación Estados Unidos, con más del 41 por ciento, seguido de Japón (11 por ciento), Alemania (7 por ciento) y Francia (4,5 por ciento). En total, los países de la UE trataron de registrar el 28,5 por ciento.