Carlos González Bosch

Presidente del Grupo Cofares

| 2011-09-16T16:19:00+02:00 h |

Pregunta. En los momentos de crisis parece que siempre se actúa sobre el mismo sector.

Responder. Sí, porque es un sector que tiene dos características: supone un deterioro electoral muy débil, porque todos los representantes políticos apoyan estas medidas, y, por otra parte, es la única partida del gasto sanitario que tiene una transparencia absoluta.

P. ¿Y su eficiencia?

R. La poca eficiencia de las medidas adoptadas para controlar el déficit del Estado eran esperadas. Ese 20 por ciento del gasto farmacéutico, que son 12.500 millones de euros, no puede servir para minorar los problemas de déficit del país.

P. ¿Que piensa de la posición del ministerio en este asunto?

R. Echo de menos un Ministerio de Sanidad que hubiese sido más eficiente y que hubiese hecho ver al resto de departamentos de la Administración que ese no era el camino, porque se daña un servicio necesario, que en muchos casos se realiza en una situación límite. Pero no hemos tenido la suerte ni los valedores necesarios, y tampoco el sector no ha sabido explicar cuál era su realidad.

P. José Martínez Olmos volvió a decir que este será el último ajuste para el sector.

R El secretario general de Sanidad tiene que tener interiorizado que no puede estar contento con la labor que ha realizado. No puede ni debe estar contento. A veces los políticos están obligados a tomar medidas que no les gustan, pero tan seguidas, en tan corto espacio de tiempo y con unos argumentos tan débiles… No puede estar contento.

JUAN NIETO

Madrid

Las nuevas medidas de ajuste para reducir el déficit del Estado, materializadas en el RDL 9/2011, se suman a los recortes del pasado año a través de los RDL 4/2010 y 8/2010. El presidente del Grupo Cofares, Carlos González Bosch, analiza la situación actual del sector que, según él, pone en riesgo el Estado del Bienestar.

Pregunta. Parecía que ya no se podía apretar más al sector, pero el RDL 9/2011 ha puesto de manifiesto que sí se podía, ¿no?

Respuesta. Sí, se toma como excusa la crisis y al sector farmacéutico como caballo de batalla. Es una vuelta de tuerca más a una situación que ya estaba muy dañada. Se podían haber hecho las cosas de otra forma, pero la Administración se agobió ante una situación económica que se le ha descontrolado.

P. ¿Situación insostenible?

R. El análisis económico de cualquier sector económico cuyas cifras de facturación bajan una media del diez por ciento repetidamente es crítico. Ponen en el límite una economía que soporta una labor asistencial importante como la que realizan las boticas, necesaria para la sociedad, que funcionaba bien y que se desmantela a través de decisiones políticas que no se han medido suficientemente.

P. Se vuelven a tocar partidas que son eficientes.

R. El Estado del Bienestar tiene dos pilares, la Educación y la Sanidad. La primera tiene una financiación en la que un porcentaje, que aumenta en consonancia con el IPC, corresponde al usuario. En Sanidad nunca ha existido, y sí una financiación insuficiente. La farmacia es la única parcela sobre la que se tiene un control exhaustivo, y han elegido la vía más fácil.

P. ¿La Sanidad debe contribuir a disminuir el déficit público?

R. No, porque se ataca al Estado del Bienestar. Los actuales gestores no defienden el Estado del Bienestar, si lo hiciesen no lo pondrían en peligro por esta cuestión.

P. ¿Debería ser considerada como inversión en vez de gasto?

R. Sí, porque es una inversión en calidad de vida y bienestar, en tecnología, en conocimiento y en todo lo que nos caracteriza como sociedad avanzada: la protección de los más débiles. Disminuir el déficit público a través de este tipo de medidas es erróneo. ¿Por qué la Administración no predicó la austeridad en el gasto? ¿Por qué no se limitaron subvenciones? La situación se ha descontrolado. ¿Cómo se puede colocar a este sector en situación crítica y decir que se defiende el Estado del Bienestar?

P. Usted ha dicho que los ciudadanos aportan a lo que consumen en Sanidad solo un 5 por ciento…

R. A esa situación se llegó por pura desidia, porque aportaban el 15 y el 20 por ciento y la reducción no fue pedida por nadie. Es inaudito haber llegado a esta cifra.

P. ¿Se bajan diez puntos y nos asustamos al hablar de copago?

R. Claro. No se han actualizado los sistemas; no se han implementado tasas para que el servicio se financie en beneficio de los que menos tienen; financiamos moléculas que ya no financia nadie en el mundo… Es una dejación de responsabilidades y los farmacéuticos hemos caído en la trampa de buscar explicaciones a una situación que no la tiene. No se puede poner en un brete a quien garantiza el Estado del Bienestar.

P. El sufrimiento de las farmacias por los impagos, ¿cómo repercute en la distribución?

R. Enormemente. La situación es crítica. Los impagos deben resolverse inmediatamente. El endeudamiento no puede superar un límite, pero prestaciones básicas hay que financiarlas a través de mecanismos: estatal, emisiones de bonos… Lo que no se puede hacer es no pagar a las farmacias.

P. Cofares pidió a Elena Salgado que permitiese más endeudamiento en Castilla-La Mancha.

R. Sería una solución de emergencia. Pero el gasto farmacéutico baja y no llegará a las cantidades presupuestadas, porque se ha producido un ahorro no querido por los que pensamos que el Estado del Bienestar tiene que estar lo suficientemente financiado. Por eso hay menos justificación para los impagos. Es irracional.

P. Si la farmacia tiene problemas con rentabilidades del 27,9 por ciento, la distribución con un 7,6…

R. Está obligada a recomponer su actividad y su capacidad operativa, incluso su sistemática de funcionamiento. Las circunstancias aconsejan avanzar los procesos de concentración aplazados, porque la eficiencia operativa y de costes pasa por ahí. Lo marcará el mercado y la inteligencia de los compañeros que dirigen distribuidoras.

P. ¿Cuál sería el mapa ideal?

R. Dos o tres de distribución nacional y otras seis u ocho con distribución territorial que exceda el ámbito de una autonomía.

P. ¿Una economía de escala?

R. Economías de escala, sinergias y ahorros de coste son fundamentales. No queda mucho por agotar, pero sí podemos adquirir una eficiencia mayor analizando: qué se demanda, el consumo y qué cuesta llegar a la farmacia.

P. ¿Cartera de servicios?

R. Necesita dos elementos que han huido. Por un lado, clientes con capacidad de desarrollar nuevas iniciativas y para financiarlas. Por otro, se deben hacer a mayor escala, en muchos casos a nivel estatal, para que tengan una rentabilidad. Ninguna está encima de la mesa, con lo que se ralentizará esa vía de escape que tenían algunas empresas de distribución.

P. ¿Internacionalización?

R. Los servicios viajan mal. En estos momentos no es buena idea. La internacionalización de otro tipo de servicios está al alcance de empresas que tienen servicios logísticos, que sí tienen capacidad para viajar. Pero es una inversión costosa y larga, que no tiene una rentabilidad inmediata.

P. ¿El modelo retributivo?

R. Cada vez veo con más claridad una retribución por envase, porque el precio de los medicamentos ha caído tanto que, por ejemplo, movemos más del 60 por ciento de los envases con pérdidas. Cada vez está más cerca la necesidad de una retribución mixta, y hay que animar a que a través de la patronal se inicie este proceso.

P. ¿Cuál es el futuro nuevo escenario que se dibuja en Cofares?

R. Los planes estratégicos no han cambiado, aunque causa desazón que se ralentice la creación de riqueza por los condicionantes que se nos ponen. La salud financiera tiene problemas y el mercado no tiene previsibilidad. Llevamos dos años en los que los presupuestos han saltado por los aires, pero seguimos con la política de incentivar la operativa logística a través de servicios a terceros. Esa parte no se ha resentido, lleva una velocidad de crucero, pero nuestra base de negocio siguen siendo los servicios a las farmacias, y estamos en una difícil situación. No se puede seguir dañando la estructura económica de nuestros propietarios, porque terminará influyendo en las actividades que van a una buena velocidad.

P. ¿Y las repercusiones de la situación actual para el empleo?

R. A pesar de las circunstancias no hemos dejado de generar empleo, pero siempre a través de esas actividades complementarias. Pero esta situación cada vez es más difícil, porque el margen es menor. Me preocupa.
“Martínez Olmos no puede estar contento con la labor realizada”

Pregunta. En los momentos de crisis parece que siempre se actúa sobre el mismo sector.

Responder. Sí, porque es un sector que tiene dos características: supone un deterioro electoral muy débil, porque todos los representantes políticos apoyan estas medidas, y, por otra parte, es la única partida del gasto sanitario que tiene una transparencia absoluta.

P. ¿Y su eficiencia?

R. La poca eficiencia de las medidas adoptadas para controlar el déficit del Estado eran esperadas. Ese 20 por ciento del gasto farmacéutico, que son 12.500 millones de euros, no puede servir para minorar los problemas de déficit del país.

P. ¿Que piensa de la posición del ministerio en este asunto?

R. Echo de menos un Ministerio de Sanidad que hubiese sido más eficiente y que hubiese hecho ver al resto de departamentos de la Administración que ese no era el camino, porque se daña un servicio necesario, que en muchos casos se realiza en una situación límite. Pero no hemos tenido la suerte ni los valedores necesarios, y tampoco el sector no ha sabido explicar cuál era su realidad.

P. José Martínez Olmos volvió a decir que este será el último ajuste para el sector.

R El secretario general de Sanidad tiene que tener interiorizado que no puede estar contento con la labor que ha realizado. No puede ni debe estar contento. A veces los políticos están obligados a tomar medidas que no les gustan, pero tan seguidas, en tan corto espacio de tiempo y con unos argumentos tan débiles… No puede estar contento