Desde el 1 de junio los boticarios deben constatar desabastecimiento del medicamento de precio menor para proceder a su sustitución

El procedimiento acordado entre Cacof y SAS para solventar las faltas evita molestias a los pacientes, pero carga de trabajo a la farmacia

| 2011-06-03T16:20:00+02:00 h |

i.gonzález

Sevilla

Mucho más trabajo. Esta es, de momento, una de las primeras consecuencias que ha tenido para los farmacéuticos andaluces la disposición dictada por el Servicio Andaluz de Salud (SAS), por la que desde el 1 de junio los boticarios deben constatar desabastecimiento en el medicamento de precio menor para proceder a su sustitución. Y así ocurrió. La farmacia andaluza registró faltas en fármacos que marcan precio, según confirmaron a EG fuentes del Consejo Andaluz de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (Cacof).

Los boticarios comunicaron rápidamente esta situación a los colegios, que atendieron multitud de consultas y notificaciones los primeros días de junio. Y es que, algunos de los medicamentos afectados son de uso muy común, como omeprazol o simvastatina. En relación a esto, el presidente de los farmacéuticos andaluces, Manuel Arenas, explicó que era algo previsible dado que “hay laboratorios que van a la baja y que después no tienen capacidad de abastecer a toda Andalucía”.

No obstante, en principio, la atención a los pacientes no debería verse afectada por esta situación, dado que, una vez constatado el desabastecimiento, el farmacéutico puede proceder a su sustitución. Además, a partir de ahora, el Cacof será el encargado de avanzar la existencia de desabastecimiento sin tener que esperar a que el SAS lo confirme, para agilizar así la actuación de la farmacia.

Por ello, tras reunir a su comité ejecutivo el pasado 31 de mayo, el Cacof emitió un mensaje de tranquilidad, el segundo en las dos últimas semanas (ver EG núm. 521), en el que se garantizaba la normalidad de la prestación farmacéutica. “Desde las farmacias andaluzas se tratará de minimizar cualquier molestia que pueda derivarse de la puesta en marcha del nuevo procedimiento administrativo”, rezaba el comunicado.

En la misma línea se pronunció la Confederación Empresarial de Oficinas de Farmacia de Andalucía (Ceofa), que celebró el compromiso alcanzado entre los farmacéuticos y el SAS, al tiempo que se congratuló de que se eviten molestias a los pacientes. Sin embargo, para los farmacéuticos el procedimiento actual resulta “largo y tedioso”, puesto que ante cada receta deben comprobar si el fármaco está o no abastecido, como explicó el presidente del COF de Málaga, Javier Tudela. “Se está resolviendo, pero con mucha complicación y sobre todo con una sobrecarga para el centro de información del medicamento”, reconoció José Manuel Arias Saavedra, presidente del COF de Jaén.

Medida efecto boomerang

Además, los boticarios creen que la medida se volverá contra su impulsor, puesto que probablemente conllevará una elevación del precio menor a efectos de facturación. Esto puede ser así dado que hasta ahora el SAS pagaba el fármaco más barato, independientemente del que se dispensase, mientras que ahora en caso de desabastecimiento deberá pagar el inmediatamente superior. “Esto es más caro para el SAS, sin lugar a dudas”, añadió Tudela, que entiende por tanto que el cambio no beneficia a ninguna de las partes.

En este sentido, la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria (Sefac) advirtió de que la medida perjudicará al paciente porque habrá que cambiarle la medicación si antes no se le daba la de precio menor. Eso sí, el Cacof aseguró que no habrá necesidad de derivarle al médico, tal y como se dijo en su día cuando el proceder en caso de desabastecimiento no quedaba claro. “Independientemente de la situación de discrepancia que tengamos con la Junta, el colectivo farmacéutico no va a confrontar utilizando al usuario”, garantizó el presidente del COF de Córdoba, Práxedes Cruz.

De hecho, según confirmaron fuentes colegiales, durante el comité ejecutivo del Cacof se debatió la actitud adoptada por algunos colegios, que se apresuraron a informar a los pacientes sobre las posibles repercusiones de la medida, como en el caso del COF de Almería. Algunos compañeros respetan, pero no comparten, esta actuación por considerarla precipitada, mientras que otros entienden que se debió a la presión lógica por parte de los colegiados y a la poca claridad de las instrucciones iniciales del SAS.

Malestar con la consejería

En este encuentro, los presentes también mostraron su malestar por el tono del último comunicado de la Consejería de Salud de Andalucía, que los farmacéuticos tacharon de “injusto” por estar lleno de “falsedades”. Que la farmacia andaluza no se merece un texto tan duro, como el emitido por el departamento que dirige María Jesús Montero, fue el sentimiento general del colectivo. Por ello, los boticarios acordaron trasladar su malestar a la consejera, aunque rechazaron responder con un comunicado similar para, según indicaron, “evitar elevar más la crispación”.

“No es una postura de debilidad ni de miedo, es una postura de negación a entrar en un juego que no nos aporta nada. Nosotros no vamos a entrar en esa provocación”, defendió el vicepresidente del colegio sevillano, Manuel Ojeda, que aclaró que cuando se habló de enviar de regreso a los pacientes al centro de salud no era una amenaza, sino la única alternativa que dejaba en origen las manifestaciones de los representantes del SAS, ahora aclaradas.