Francisco rosa Madrid | viernes, 27 de enero de 2012 h |

Los pesos pesados de la gran industria farmacéutica lo tienen claro: 2011 ha sido un año para olvidar. Así, compañías como Johnson & Johnson o Novartis han presentado unos resultados en los que se aprecia una disminución significativa en sus ventas y en sus ganancias. A pesar de ello, firmas de un tamaño ligeramente más reducido, como puede ser el caso de Abbott, han consolidado su crecimiento y afrontan el futuro con seguridad y optimismo.

El caso de Johnson & Johnson es hasta ahora el más llamativo. Pese a que la compañía norteamericana ha registrado una cifra de ventas de 65.000 millones de dólares, lo que supone un incremento del 5,6 por ciento con respecto a 2010, lo cierto es que sus beneficios se han reducido un 27 por ciento, al pasar de los más de 13.000 millones en 2010 a los 9.700 en el pasado ejercicio. Eso, a pesar de que las áreas de consumer health y de productos farmacéuticos han experimentado un crecimiento del 2 y el 8,8 por ciento, respectivamente.

La explicación que encuentran los responsables financieros de Johnson & Johnson a estos datos tiene que ver con los gastos extraordinarios que la compañía ha tenido que afrontar en el terreno de los litigios, los productos defectuosos y demás cuestiones habituales que suelen condicionar las cuentas de las farmacéuticas.

Novartis, por su parte, también ha visto como mientras subían sus ventas (de los 50.624 millones de dólares en 2010 a los 58.566 en 2011) sus ganancias caían en el pasado ejercicio. En este caso, el descenso registrado es del 7 por ciento, al pasar de los 9.969 millones a los 9.245. Estos datos negativos han estado influidos, básicamente, por una caída importante en el área de vacunas y de diagnóstico (de un 32 por ciento) y por una bajada del 2 por ciento en los ingreso de explotación en el área farmacéutica.

La tendencia marcada por estos dos gigantes de la industria farmacéutica ha sido contrarrestada por empresas como Abbott, que ha experimentado un crecimiento positivo tanto en el apartado de facturación (un 10,5 por ciento), al pasar de los 35.167 millones de dólares a los 38.851 en 2011, como en el saldo final, con unas ganancias que se han incrementado en un 2,2 por ciento, hasta los 4.729 millones de dólares. En este caso, ha sido determinante el crecimiento del 8,7 por ciento que han experimentado las ventas en la división de productos innovadores, que han supuesto unos 17.022 millones para la compañía.

Por otro lado, destaca que en las compañías de tamaño menor también ha habido de todo. Amgen, por ejemplo, facturó un 4 por ciento más (15.582 millones de dólares), pero sus ganancias cayeron un 3 por ciento (4.858 millones). Por su parte, Celgene creció en ventas un 33 por ciento y sus ganancias subieron como la espuma, mientras Baxter duplicó sus cifras en ambos apartados, con lo que consolido su crecimiento.